Estados Unidos y Ucrania se preparan para unas negociaciones "brutales"

La cumbre se produce mientras Rusia intensifica su presión militar sobre Ucrania. Ataques con drones y misiles están golpeando Kiev y otras ciudades. Soldados rusos

Durante diez días, desde la tensa discusión en el Despacho Oval, Ucrania ha sido blanco de la furia de Donald Trump. Ahora, el 11 de marzo, se avecina un momento crucial con la reunión entre delegaciones de Estados Unidos y Ucrania en Yeda, Arabia Saudí.

Mientras Rusia intensifica sus ataques con drones y misiles contra Kiev y otras ciudades, la cumbre genera tanto expectativas como temores. Washington afirma que busca establecer un marco para un acuerdo de paz y un alto el fuego inicial, pero en Kiev hay dudas sobre si se trata de una estrategia dilatoria o un intento de presión en favor de Moscú.

En la reunión estarán presentes figuras clave. Por parte de EE.UU., participarán Marco Rubio, el secretario de Estado, y Mike Waltz, asesor de seguridad nacional, aunque se espera que las negociaciones sean lideradas por Steve Witkoff, cercano a Trump y con reciente contacto con Vladímir Putin. En representación de Ucrania, encabezará Andriy Yermak, asesor de confianza de Volodímir Zelensky, acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, Andriy Sibiha; el ministro de Defensa, Rustem Umerov, y el asesor militar Pavlo Palisa.

Sin embargo, Yermak no goza de buena relación con el equipo de Trump, lo que podría complicar las negociaciones. Mientras tanto, Zelensky, en una coincidencia que Kiev insiste en que es fortuita, estará en Riad el mismo día para reuniones con el gobierno saudí.

Ucrania tiene varios objetivos y ha estado definiendo su estrategia con Francia y el Reino Unido, que se han convertido en intermediarios entre la Casa Blanca y Kiev. Como mínimo, quiere firmar un marco para el desarrollo conjunto de minerales entre Estados Unidos y Ucrania. El 7 de marzo, Zelensky también propuso un alto el fuego aéreo y naval; la idea, según un funcionario occidental, es devolver la pelota a la cancha de Rusia al hacerle demandas.

“Los funcionarios occidentales esperan que ambos desarrollos generen una sensación de que Ucrania está lista para comprometerse con Trump”. Si Rusia dice no a un marco aceptado por Estados Unidos y Ucrania, corresponderá a Trump presionar a Putin para que acepte sus términos. Sin embargo, todavía no está del todo claro qué términos llevará Estados Unidos a Arabia Saudí.

Es probable que Ucrania deje claro que cualquier acuerdo de paz que limite su capacidad para rearmarse, le obligue a reconocer legalmente territorios ocupados como rusos, o interfiera en la política interna ucraniana—por ejemplo, forzando elecciones que actualmente son imposibles porque el país está bajo ley marcial—es inaceptable. Por último, Ucrania puede seguir exigiendo garantías de seguridad por parte de Estados Unidos. Parece poco probable que logre avances en este punto.

Reino Unido y Francia están pidiendo que Estados Unidos proporcione una fuerza de “respaldo” para los pacificadores europeos, en caso de que se acuerde un alto el fuego completo. Pero hasta ahora, no ha habido ningún compromiso por parte de Washington. La semana pasada, Estados Unidos redujo su intercambio de…

¿Qué quiere Rusia? Algunos informes recientes sugieren que Putin podría estar abierto a una tregua bajo ciertas condiciones. Pero el juego que se desarrolla puede ser más sofisticado y cínico que eso. “Putin es lo suficientemente inteligente como para no simplemente decir no”, citó Kurt Volker, quien fungió como representante especial para Ucrania en la primera administración de Trump. Una fuente de alto nivel cercana al Kremlin sugiere que Rusia pretende exigir una declaración de neutralidad por parte de Ucrania, y que los pacificadores extranjeros sean descartados. Probablemente sea imposible que Ucrania considere siquiera tales condiciones, al menos no antes de que comiencen negociaciones reales.

Cualquier acuerdo de paz exitoso y duradero requeriría que Estados Unidos presionara al Kremlin para cumplirlo y luego continuara haciéndolo. El 7 de marzo, Trump amenazó con imponer sanciones importantes a Rusia. Pero la mayoría de las pruebas sugieren que simpatiza con Putin. Horas después, Trump declaró: “Me resulta más difícil, francamente, tratar con Ucrania… En cuanto a conseguir un acuerdo final, quizás sea más fácil tratar con Rusia”. Kurt Volker señala que “Trump está intentando mantener a Ucrania bajo control porque quiere que acepten cualquier paz que pueda lograr… Los ucranianos son el obstáculo porque no están rindiéndose”.

Un alto funcionario de seguridad ucraniano dice que no ha visto pruebas de que los estadounidenses estén considerando una salida completa de Ucrania por ahora, ni mucho menos de Europa. “La esperanza es que en cuanto tengamos una tregua, volvamos a un camino más racional”, dice.

Otros son menos optimistas. Existe la peligrosa perspectiva para Ucrania de que unas negociaciones fracasadas podrían desencadenar aún más presión por parte de Estados Unidos. Otro funcionario ucraniano advierte que el enfoque de Estados Unidos, si continúa, podría dejar a Ucrania en una “zona gris”. Eso forzaría al país a usar tácticas militares más agresivas para su supervivencia. “Ya”, dice, “personalidades fuertes dominan las negociaciones”, añadiendo un proverbio ucraniano: “Yake yikhalo, take y zdybalo” (cada cual encuentra lo que le corresponde). Las apuestas de las conversaciones del martes no podrían ser más altas. Si colapsan, es improbable que Ucrania obtenga otra oportunidad: “Los estadounidenses duplicarán su estrategia instructiva e impondrán lo que ellos y Rusia decidan sobre nosotros”.