
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, declaró “nulo” el proceso electoral celebrado en el país, luego de que su organización política quedara en tercer lugar según los resultados divulgados. La mandataria denunció supuestas irregularidades y cuestionó la legitimidad de los comicios, al tiempo que llamó a la ciudadanía a defender el voto.
En un mensaje dirigido al pueblo hondureño, Castro afirmó que el proceso está comprometido desde su base legal. “Afirmo que estas elecciones, así como lo revelan los veintiséis autos presentados, están viciadas de nulidad”, manifestó, sin detallar públicamente el contenido de esos recursos.
La jefa de Estado sostuvo que los principios democráticos no pueden separarse de la justicia y advirtió sobre los riesgos de aceptar resultados que, a su juicio, carecen de transparencia. “La democracia no existe sin justicia”, señaló, al tiempo que alertó que el país “jamás debe aceptar elecciones marcadas por la injerencia, la manipulación y el chantaje”.
Castro vinculó su rechazo al proceso electoral con el proyecto político que impulsa desde el Ejecutivo. “La refundación de Honduras no acepta su misión. La soberanía no se negocia. La democracia no se entrega”, expresó, en referencia a los postulados centrales de su gobierno.
La mandataria insistió en que los sectores que cuestionan el proceso deben mantenerse firmes ante lo que considera una amenaza al sistema democrático y a la voluntad popular. En ese sentido, elevó el tono de su discurso con un llamado directo a la población.
“¡Pueblo hondureño… o salen a defender su voto, o será demasiado tarde!”, expresó Castro, en una exhortación que marca un punto de tensión política tras la publicación de los resultados electorales. Sus declaraciones abren un nuevo escenario de incertidumbre sobre la aceptación de los comicios y los pasos institucionales que podrían seguirse.
Hasta el momento, los organismos electorales no han respondido de manera oficial a las afirmaciones de la presidenta. El pronunciamiento genera un clima de expectativa en el país, mientras distintos sectores observan con atención la evolución del conflicto y sus posibles efectos sobre la estabilidad política.