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El 22 de febrero, en Dunedin, Florida, Vladimir Guerrero Jr. fue el primero en la práctica de bateo de los Azulejos de Toronto, preparándose con detalle mientras en el estadio sonaba One More Time de Daft Punk. Entre swings y música, el dominicano mostraba la energía que lo ha caracterizado, dejando atrás la incertidumbre sobre su futuro con el equipo.
Aunque las negociaciones de una extensión contractual pasaron sin acuerdo, Guerrero sigue enfocado en el presente y en lo que puede aportar dentro del clubhouse. Más allá del talento, entiende que la química del equipo es clave para el éxito.
«Se siente mejor que el año pasado. Mucho, mucho mejor que el año pasado», afirmó Guerrero sobre la dinámica del grupo. «Realizamos muchas reuniones, muchas cosas organizadas en la temporada muerta. Quiero ser un mejor comunicador aquí. Una de las cosas que he dicho es que quiero expresarme más. Si me necesitas, estaré ahí. En el pasado, no me gustaba, porque no me gustaba que alguien se burlara de mi inglés, pero ahora puedo hablar más inglés y me siento más cómodo hablando. Es mucho mejor. Puedo comunicarme con todos».
El ambiente en el clubhouse ha cambiado, algo que han destacado varios jugadores, incluido el puertorriqueño José Berríos, quien mencionó que este año la relación entre jugadores y coaches es mucho más fuerte. Bo Bichette también reconoció la madurez del grupo y cómo esto ha facilitado la integración de nuevos compañeros.
El dirigente John Schneider lo considera un factor determinante. Aunque el talento es indispensable, la cohesión del equipo puede marcar la diferencia en la temporada 2025, especialmente para una franquicia que no gana un juego de postemporada desde 2016.
El presidente del equipo, Mark Shapiro, se muestra optimista sobre una eventual extensión con Guerrero, aunque el gerente general Ross Atkins evita especulaciones en medio de la presión que rodea la campaña. «Sigo teniendo muchas esperanzas», comentó Atkins.
Para Guerrero y los Azulejos, la prioridad es el presente. La incertidumbre sobre el futuro queda en segundo plano: ahora es el momento de jugar, ganar y disfrutar cada momento en el terreno.
