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Una ola de violencia ha encendido las alarmas en el país, generando profunda consternación y preocupación por la salud mental. En esta semana, varios menores han perdido la vida a manos de sus propios padres, y también se han reportado casos de jóvenes que han asesinado a sus progenitores.
Uno de los casos más recientes ocurrió este martes en el sector de Cristo Rey, donde un niño de dos años perdió la vida por golpes contusos supuestamente propinados por su padrastro.
Especialistas señalan que entre los factores que podrían desencadenar este tipo de conductas están los antecedentes de maltrato en la infancia, así como el consumo de sustancias controladas o de alcohol.
Más allá de las víctimas directas, los familiares que viven estas tragedias también pueden sufrir trastornos psicológicos.
Una de las principales inquietudes de los profesionales de la salud mental es la limitada atención que reciben quienes padecen estas condiciones en República Dominicana.
También en Los Alcarrizos un niño de dos años perdió la vida supuestamente a manos de su madrastra. Otro hecho lamentable es el de La Romana, donde una madre confesó haberle quitado la vida a su hijo de dos años por supuestos trastornos mentales. Otro triste suceso pasó en Salcedo, donde un joven es acusado de quitarle la vida a su padre y en el pasado mes de marzo, en San Francisco de Macorís, un hombre mató a su madre, a su hija y dejó herida de gravedad a su pareja sentimental.
Además, un hombre con discapacidad que lo mantiene en silla de ruedas mató a su padre e hirió gravemente a un sobrino con un arma blanca, en un hecho ocurrido la noche del domingo en la comunidad de La Guarira, en Mao, provincia Valverde.
La víctima mortal fue identificada como Félix Claudio Liberato. Mientras tanto, el sobrino, cuya identidad no ha sido revelada, fue trasladado a un centro de salud con múltiples heridas. Hasta el momento, se desconoce su estado de salud.