
El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, participó en un entrenamiento físico junto a los Navy SEAL de la Marina estadounidense en una base militar de California, una experiencia que, según relató, se extendió por 90 minutos y resultó físicamente extenuante.
Vance compartió en redes sociales varias imágenes del ejercicio, en las que se le observa cargando troncos, corriendo en la playa, trepando redes y remando en el océano junto a miembros de las fuerzas especiales, muchos de ellos con el rostro cubierto para proteger su identidad.
El vicepresidente aprovechó la publicación para expresar su agradecimiento a las fuerzas de operaciones especiales y elogiar su nivel de exigencia y compromiso con la seguridad nacional.
Posteriormente, Vance precisó que el ejercicio se realizó en la Base Naval Anfibia de Coronado, en California, una de las instalaciones más emblemáticas del entrenamiento de los Navy SEAL. En su mensaje, resaltó que estas unidades mantienen “los estándares más altos en cualquier parte del mundo” y desempeñan un papel clave en la protección de Estados Unidos.
Los Navy SEAL son considerados entre las fuerzas más elitistas del ejército estadounidense, con rigurosos requerimientos físicos y misiones que abarcan desde operaciones antiterroristas hasta acciones marítimas de alto riesgo.
La actividad del vicepresidente se enmarca en una narrativa más amplia de la administración del presidente Donald Trump, que ha enfatizado la importancia de la preparación física dentro de las fuerzas armadas como parte de su enfoque en la defensa y la seguridad nacional.
Vance es veterano del Cuerpo de Marines de Estados Unidos. Se alistó en 2003 y fue desplegado en 2005 durante la guerra de Irak con la 2.ª Ala de Aviación de la Infantería de Marina, donde trabajó en asuntos públicos.
En declaraciones previas, ha señalado que su experiencia militar influyó en su visión sobre los costos de la guerra y la responsabilidad de los líderes al enviar tropas a escenarios de riesgo.