Caracas (EFE).- El Gobierno venezolano afirmó este sábado haber recibido de Irán un ofrecimiento de cooperación «en todos los ámbitos» para afrontar «la piratería y el terrorismo internacional» de Estados Unidos, que mantiene un despliegue militar en aguas del mar Caribe cercanas a la nación suramericana.
El ministro de Exteriores, Yván Gil, indicó en su canal de Telegram que recibió una llamada de su homólogo iraní, Abás Araqchí, durante la que analizaron «los recientes acontecimientos en el Caribe, especialmente las amenazas, actos de piratería de Estados Unidos y el robo de buques cargados de petróleo venezolano».
Venezuela, según Gil, recibió «una muestra plena de solidaridad del Gobierno de la República Islámica de Irán, así como su ofrecimiento de cooperación en todos los ámbitos para enfrentar la piratería y el terrorismo internacional que Estados Unidos busca imponer mediante la fuerza militar, violando la Carta de Naciones Unidas y el derecho internacional».
Ambos también repasaron las relaciones entre sus países «en el marco del acuerdo estratégico» bilateral, agregó.
El pasado 12 de diciembre, Irán calificó de «piratería estatal» la incautación por parte de EE.UU. de un petrolero que transportaba crudo venezolano en el Caribe y aseguró que Washington debe rendir cuentas por esa acción.
Según medios estadounidenses, las Fuerzas Armadas de ese país abordaron e incautaron hoy otro buque sancionado en aguas internacionales cerca de Venezuela.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenó bloquear la entrada y salida de Venezuela de todos los petroleros sancionados por su país, aumentando así la presión sobre el Gobierno de Nicolás Maduro, al que acusa de liderar el Cartel de los Soles, descrito por Washington como una organización terrorista vinculada al narcotráfico, pero que Caracas considera como un pretexto para buscar un «cambio de régimen».
Trump, además, indicó esta semana que no descarta la posibilidad de una guerra con Venezuela.
El Gobierno estadounidense también incluyó recientemente a 29 buques y a sus empresas gestoras en su lista de sanciones por su presunta participación en la llamada «flota fantasma» de Irán, acusada de transportar crudo y productos petrolíferos iraníes mediante prácticas marítimas engañosas para evadir las sanciones internacionales y canalizar ingresos a Teherán.