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Una niña, una mujer y una ignominia

A pesar de haber leído a Bakunin, a McLuham o Adam Smith, y conocer la tesis de Bauman sobre la modernidad, nuestros líderes son líquidos ... Por eso son tan flexibles e impredecibles y sobre todo marxistas

Pablo McKinney
Pablo McKinney
31 julio, 2025 - 1:47 PM
5 minutos de lectura
Imagen Ilustrativa. Fuente Externa
El bulevar de la vida
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La partidocracia. Nuestros partidos que han sido o son gobierno, no son de derecha ni de izquierda, son mancos. No son liberales ni conservadores sino todo lo contrario, e incluso viceversa.

A pesar de haber leído a Bakunin, a McLuhan o Adam Smith, y conocer la tesis de Bauman sobre la modernidad, nuestros líderes son líquidos, y por eso sus partidos toman la forma del recipiente (del momentum político, religioso, económico) que les contiene. Por eso son tan flexibles e impredecibles y sobre todo marxistas. Pero no por don Carlos sino por Groucho Marx y su frase más lapidaria. Príncipes del capital, Presbítero Torquemada, señor Imperialismo: “Estos son mis principios… si no les gustan tengo otros”.

Desde el lunes en LA Semanal, anda el presidente Abinader saludando orondo (y con razón) que de 2012 a 2025 en el país la pobreza haya bajado de 39% a 19%, que el salario mínimo haya pasado de RD$10,000 a RD$26,000; que en 2024 avanzamos 21 puestos en el Índice de Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ayer, la FAO (ONU) anunció que Dominicana ha reducido el nivel de subalimentación a 3.6%, cuando el índice de América Latina y el Caribe es de 7.8%. Aplausos, presidente. Pero ahora llega el Pero…

De poco valen estas buenas nuevas si, “a esta hora exactamente” en el Congreso Nacional -posiblemente- se está aprobando un Código Penal funerario, machista y medieval, que vulnera derechos fundamentales de mujeres y niñas, en especial las más pobres y por eso más vulnerables.

Como bien explica una carta pública, el proyecto en discusión, “contiene una tipificación limitada del feminicidio; coloca barreras probatorias en violencia intrafamiliar. Permite que crímenes como la violación o el incesto prescriban, incluso cuando las víctimas son niñas; criminaliza absolutamente el aborto (sin causales), desconociendo realidades médicas, sociales y humanas, y exponiendo a mujeres y niñas a la muerte, la criminalización o el sufrimiento innecesario. Las consecuencias son verificables y graves”.

Si algo faltaba, el aborto inseguro es la tercera causa de muerte materna en el país. No olvidemos que, en los hechos, en las clínicas privadas el aborto nunca ha estado prohibido, por lo que la penalización solo afecta a las mujeres pobres.

Entonces, como Rodríguez Huertas, uno pide al presidente no permitir que una ignominia como esta se cometa contra mujeres y niñas pobres de nuestro país. Pobres, pobres, siempre pobres.

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