La inteligencia artificial ha transformado múltiples sectores, pero su incursión en la religión sigue generando debate.
En Finlandia, una iglesia luterana organizó un servicio experimental en el que la tecnología tuvo un papel protagonista, desde avatares digitales hasta música creada con IA. El evento atrajo tanto curiosidad como críticas, poniendo sobre la mesa una pregunta clave: ¿Es posible fusionar la fe con la inteligencia artificial sin perder la esencia espiritual?
Una iglesia que desafía lo tradicional
La iglesia luterana de San Pablo, en Helsinki, sorprendió a sus feligreses con un servicio religioso donde la inteligencia artificial jugó un papel central. Más de 120 personas asistieron, superando el número habitual de creyentes que acuden a los servicios semanales.
Entre los momentos más impactantes estuvo una proyección digital de Jesús y Satanás, ambos representados como avatares generados por IA. Mientras Jesús conservaba su imagen clásica, Satanás tenía una apariencia moderna con un tono de voz agudo y desafiante.
Además, el servicio incluyó lecturas del Antiguo Testamento por avatares de pastores y de Urho Kekkonen, expresidente de Finlandia, fallecido en 1986. Para lograr esto, se usaron herramientas como ChatGPT-4 para los textos y Synthesia AI para las animaciones. La reverenda Petja Kopperoinen, quien lideró la iniciativa, reconoció que verla a sí misma hablando en la pantalla con palabras generadas por IA le resultó «espeluznante».
¿Un nuevo camino o una experiencia fría y distante?
El uso de IA no se limitó a las imágenes y los textos. También se implementaron herramientas como Suno para generar melodías similares a la música pop, aunque los himnos fueron interpretados en vivo con acompañamiento de órgano. Sin embargo, se establecieron límites éticos: la inteligencia artificial no participó en la absolución de pecados ni en la Eucaristía.
“No parecía una misa”, comentó Taru Nieminen, una asistente. Mientras algunos lo encontraron entretenido, otros sintieron que faltaba la conexión espiritual. La estudiante Jeera Pulkkinen destacó la pegajosidad de las canciones, pero notó la ausencia de la emoción que solo los humanos pueden aportar.
El vicario de la iglesia, Kari Kanala, enfatizó que la calidez humana sigue siendo irremplazable en los servicios religiosos: “Es la humanidad lo que la gente necesita”.
Dudas, críticas y el futuro de la IA en la religión
Si bien esta no es la primera vez que se usa inteligencia artificial en un contexto religioso, el caso de Finlandia destaca por su integración de múltiples herramientas tecnológicas con la participación humana. Experiencias previas incluyen un servicio completamente dirigido por IA en Alemania y un avatar de Jesús en Suiza que respondía preguntas basadas en pasajes bíblicos.
Sin embargo, no todos ven esta evolución con buenos ojos. Miembros de la iglesia luterana han señalado preocupaciones sobre el impacto ambiental de la IA, debido a su alto consumo energético y uso de recursos como el agua para el enfriamiento de servidores.
A pesar de las críticas, la reverenda Kopperoinen defendió la tecnología como una herramienta de apoyo y no un sustituto: “La IA no puede ser empática ni responder a las inquietudes espirituales de las personas”. Incluso confesó haber utilizado ChatGPT para redactar sermones y encontrar versículos bíblicos con mayor rapidez.
¿Qué significa este experimento para la fe del futuro?
Expertos en ética y tecnología creen que explorar la IA en contextos religiosos es clave para su desarrollo responsable. La investigadora Anna Puzio, de la Universidad de Twente, sostiene que estas pruebas ayudan a moldear el uso de la IA en la sociedad.
Por su parte, el filósofo británico Tom Stoneham advierte que, aunque la inteligencia artificial puede realizar tareas instrumentales, no puede reemplazar la dimensión humana de la religión: “Es esa humanidad la que agrega valor a la situación”.
Mientras la tecnología avanza, la gran pregunta sigue en el aire: ¿es la IA un aliado para la fe o una amenaza para la espiritualidad?