
Los negociadores del Consejo de la Unión Europea y del Parlamento Europeo alcanzaron este miércoles un acuerdo histórico para poner fin, de forma progresiva pero definitiva, a la entrada de gas y petróleo procedente de Rusia en el bloque comunitario, como parte de su estrategia de independencia energética.
El compromiso establece que la UE dejará de importar gas natural ruso antes de finalizar septiembre de 2027, mientras que las compras de petróleo serán eliminadas totalmente a más tardar a finales del mismo año.
El Parlamento Europeo detalló que el gas natural licuado (GNL) dejará de adquirirse como máximo el 31 de diciembre de 2026, y el gas por tuberías será suspendido no más allá del 1 de noviembre de 2027.
Una vez entre en vigor la nueva normativa, se prohibirán las nuevas compras de GNL y gas de gasoducto, iniciándose un período transitorio para contratos previos:
Las negociaciones, que se extendieron hasta la madrugada, ratificaron además el compromiso de la Comisión Europea de eliminar las importaciones de petróleo ruso en el mismo horizonte temporal.
El proceso ha estado marcado por la insistencia de Hungría, cuyo primer ministro, Viktor Orbán, ha presionado para conservar sus compras de crudo ruso por razones de seguridad energética, incluso elevando las conversaciones al nivel del presidente estadounidense Donald Trump.
La Comisión presentará una propuesta legislativa formal a inicios del próximo año.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró el acuerdo como un hito:
“Estamos pasando página para siempre. Es el amanecer de una nueva era, la de la independencia energética total de Europa respecto a Rusia”.
Según von der Leyen, las importaciones de gas ruso han descendido del 45 % al 13 %, el petróleo del 26 % al 2 %, y el carbón del 51 % a cero desde el inicio de la invasión a Ucrania.
La funcionaria recordó también el impacto económico de esta desconexión:
“Al inicio de la guerra pagábamos a Rusia 12.000 millones de euros al mes por combustibles fósiles; hoy son 1.500 millones. Queremos llevarlo a cero”.
El acuerdo obliga a los Estados miembros a presentar antes del 1 de marzo de 2026 sus planes de diversificación energética, salvo aquellos que ya no utilicen combustibles rusos. También deberán informar si mantienen contratos vigentes con proveedores rusos.
Las futuras compras de gas —ruso o de otros orígenes— quedarán bajo un régimen de autorización previa, con notificación mínima de un mes en el caso de gas ruso y cinco días para fuentes alternativas.
El impulso al desacople energético también responde a las crecientes presiones de Estados Unidos, que busca que Europa sustituya el gas ruso por GNL norteamericano.
El comisario europeo de Energía, Dan Jørgensen, calificó la decisión como histórica:
“Hoy cerramos los grifos del gas ruso. Es un buen día para Europa, un buen día para Ucrania y un muy mal día para Rusia”.
Aseguró además que la eliminación será “gradual, cuidadosa y coordinada”, acompañado del director de la AIE, Fatih Birol, quien respaldó la viabilidad del proceso.