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Ochenta años después de su último día de combate en la Segunda Guerra Mundial, tres veteranos del conflicto participaron este miércoles en la conmemoración del significativo aniversario en el Parlamento Europeo, donde los líderes institucionales señalaron a la Unión Europea como garante de que una guerra así no se repita «nunca más».
Dos veteranos polacos y uno belga, casi centenarios y que lucharon en diferentes frentes entre 1939 y 1945, encabezaron junto a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, la ceremonia en el hemiciclo, conmemorando la firma de la rendición alemana en la ciudad francesa de Reims el 7 de mayo de 1945.
Durante la ceremonia, los tres veteranos se refirieron a la Unión Europea como la entidad que ha asegurado la paz tras la última gran guerra en suelo europeo y instaron a no darla por sentada.
«Hoy vemos claramente que la lucha de valores no ha acabado, ha asumido una nueva forma pero tiene la misma esencia. Por eso ponemos nuestra fe en los jóvenes europeos. Ojalá que el futuro que estáis construyendo se base en los mismos valores por los que dimos nuestras vidas y a los que hemos sido fieles hasta hoy», pidió el polaco Janusz Maksymowicz, de 96 años.
El ex primer ministro portugués enfatizó que «la memoria por sí sola no es suficiente» y advirtió que, así como las fronteras se transformaron en puentes hace 80 años, «si hay algo que debemos aprender de la historia es que la paz nunca debe considerarse garantizada».
«Hoy, en lo que debería ser un día de paz, no podemos celebrar la paz en paz, porque la guerra ha regresado a Europa tras la brutal e ilegal agresión de Rusia contra Ucrania», lamentó Costa, que pidió que cuando la paz vuelva a Ucrania no se convierta simplemente en una tregua entre dos ofensivas.
Metsola también recordó a aquellos que, en un continente devastado, iniciaron hace 80 años el «silencioso y digno trabajo de la reconstrucción» y «eligieron la reconciliación por encima de la venganza».
«Son los nombres que llenan estos pasillos. Hombres que vivieron la guerra, enterraron a hermanos, perdieron amigos y vieron ciudades en llamas. Y aún así (…) eligieron creer que antiguos enemigos podrían ser socios, que la cooperación no era una debilidad sino una necesidad. De su valentía nació una nueva Europa que rechazó el veneno del pasado», celebró Metsola.
Previo a la ceremonia, ambos presidentes y los tres excombatientes estuvieron presentes en un acto de izado de la bandera europea a las puertas de la sede de la Eurocámara en Estrasburgo, ciudad emblemática de la reconciliación francoalemana y, por ende, europea.
En este evento también participaron miembros del Eurocuerpo, la unidad militar multinacional europea creada en 1992 por Francia y Alemania, a la que se han unido Bélgica, Luxemburgo, España y Polonia, junto con otros cinco países asociados (Italia, Austria, Rumanía, Grecia y Turquía).