El presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró este lunes que fuerzas militares de su país comenzarán en breve a atacar en tierra supuestos objetivos del narcotráfico en América Latina, tras presumir de los éxitos que ha tenido el despliegue militar en el Caribe bajo el alegato de combatir a los cárteles.
"La droga que llega por mar ha disminuido un 94 %. Y estamos tratando de averiguar [de] quién es el otro 6 %. Pero han disminuido un 94 %. Y vamos a empezar a atacarlos por tierra, lo cual es mucho más fácil, francamente", sostuvo en una alocución desde la Casa Blanca.
El mandatario insistió en que las organizaciones dedicadas al trasiego internacional de sustancias ilícitas representan "una amenaza militar directa" contra su país y "están intentando" narcotizarlo.
En este contexto, llamó a recordar que en el pasado, China "estaba cargado de drogas, estaba sufriendo mucho y otros lograron dominarlo". Aludía a las Guerras del Opio, conflictos coloniales con matriz comercial impulsados por el Reino Unido y Francia en el siglo XIX, que supusieron la debacle del gigante asiático por cerca de un siglo.
"Otros países también están intentando narcotizar nuestro país. Y, de hecho, estamos revirtiendo la situación rápidamente", completó.
En ese espíritu, anunció que firmará una orden ejecutiva para designar "formalmente el fentanilo como arma de destrucción masiva", porque "ninguna bomba causa lo que causa esta sustancia". Según sus cifras, el opioide sintético sería responsable de la muerte de entre 200.000 y 300.000 personas cada año.
Despliegue militar: desde el pasado mes de agosto, EE.UU. mantiene desplegada una fuerza militar significativa frente a las costas de Venezuela, justificándola como parte de la lucha antidrogas. Washington anunció posteriormente la 'operación Lanza del Sur', con el propósito oficial de "eliminar a los narcoterroristas" del hemisferio occidental y "proteger" a EE.UU. "de las drogas que están matando" a sus ciudadanos.
Operativos letales: como parte de estas operaciones se han realizado bombardeos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de más de 80 personas muertas y sin pruebas de que realmente traficaran con estupefacientes.
Asalto a buque petrolero: en una escalada de las acciones violentas de EE.UU. en la región, militares estadounidenses asaltaron un buque petrolero en costas venezolanas. Caracas catalogó el hecho como un "acto de piratería internacional", que constituye una acción "criminal e ilegal".
Postura de Caracas: Maduro denuncia que el objetivo real de EE.UU. es un "cambio de régimen" para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasísticas de Venezuela.
Condena internacional: Rusia, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los Gobiernos de Colombia, México y Brasil han condenado las acciones estadounidenses. Expertos califican los ataques a embarcaciones como "ejecuciones sumarias" que violan el derecho internacional.