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Este martes, tres fiscales federales presentaron su dimisión en Nueva York, elevando a más de una decena el número de renuncias tras la controvertida decisión del Departamento de Justicia, bajo la administración de Donald Trump, de retirar los cargos de corrupción contra el alcalde Eric Adams. La información fue confirmada por medios como The New York Times.
La decisión de desestimar los cargos fue emitida el pasado 2 de abril por el juez Dale Ho, quien señaló que parecía tratarse de un “intercambio político”. Sugirió que la retirada de la acusación estaba vinculada a concesiones del alcalde demócrata en materia migratoria, tras su reciente acercamiento a la administración Trump.
Desde entonces, once fiscales federales han renunciado en señal de protesta, incluyendo a la exfiscal interina Danielle R. Sassoon y al fiscal principal del caso, Hagan Scotten.
Los fiscales que dimitieron este martes —Celia V. Cohen, Andrew Rohrbach y Derek Wikstrom— revelaron que fueron puestos en licencia administrativa y que se les exigió admitir mala praxis como condición para conservar sus cargos, algo que rechazan tajantemente. “No confesaremos mala praxis cuando no la ha habido”, declararon en un comunicado conjunto.
Asimismo, denunciaron que el Departamento de Justicia “antepone la obediencia a los principios éticos y legales” al ordenar el retiro de los cargos, a pesar de la solidez del caso. Señalan que han trabajado bajo administraciones tanto demócratas como republicanas sin haber experimentado presiones de esta magnitud.
La orden fue emitida por Emil Bove III, un exabogado de Trump designado por el actual presidente para un alto cargo en el Departamento de Justicia. El alcalde Adams ha mantenido su inocencia desde el inicio del proceso.
Este escándalo marca el inicio del mandato interino del nuevo fiscal federal de Nueva York, Jay Clayton, cuyo nombramiento definitivo aún está pendiente de confirmación en el Congreso.