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La tranquilidad de la pequeña comunidad de Grand Blanc se vio sacudida este domingo por un violento tiroteo dentro de una iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que además terminó envuelta en llamas. El atacante fue abatido en la escena, según confirmaron las autoridades locales.
El hecho ocurrió a unos 80 kilómetros al norte de Detroit, en un templo rodeado de zonas residenciales y ubicado muy cerca de otra iglesia cristiana. La policía del condado de Genesee informó que varias personas resultaron heridas por los disparos, aunque todavía no se ha precisado el estado de las víctimas.
El jefe policial, Chris Swanson, explicó que el área fue evacuada y que tanto agentes federales como locales trabajan en el lugar. “Toda la iglesia está en llamas. Esta es una situación en desarrollo y aún hay información que no podemos divulgar por las operaciones en curso”, declaró.
La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, lamentó lo sucedido y envió sus condolencias a la comunidad. “La violencia en cualquier lugar, especialmente en un espacio de culto, es inaceptable”, afirmó en un comunicado.
El ataque se produce en un momento particularmente sensible para la iglesia mormona, apenas un día después de la muerte de Russell M. Nelson, líder mundial de la congregación y presidente más longevo en la historia de esa fe, quien falleció a los 101 años.
Según los protocolos internos, Dallin H. Oaks sería el próximo en asumir la presidencia de la iglesia.
Grand Blanc, con apenas 8.000 habitantes, se convierte así en escenario de un suceso que combina dolor local, impacto religioso e investigación policial aún en marcha.