
Este jueves 27 de noviembre, República Dominicana volverá a sentir la influencia de una celebración que, aunque no forma parte del calendario local, se ha ido ganando espacio en muchos hogares: Thanksgiving.
La festividad, típica de Estados Unidos, se ha integrado progresivamente a la vida dominicana debido a los lazos familiares, migratorios y culturales que conectan profundamente a ambos países.
La adopción es especialmente visible en familias mixtas, hogares con miembros viviendo en EE. UU. o dominicanos que retornaron tras años en el extranjero. Para muchos, la fecha representa una oportunidad de reunión, reflexión y agradecimiento, manteniendo viva una tradición que une a la diáspora con sus familiares en la isla.
En República Dominicana, la cena de Thanksgiving se ha convertido en el elemento más adoptado. El pavo —a menudo preparado con sazón criollo— encabeza la mesa, acompañado por platos característicos como puré de papa, mac and cheese y ensaladas. No falta quien incorpore toques locales como moro, yuca o tartas dominicanas para crear un menú híbrido.
Junto a la comida, cada vez más familias incorporan el rito de expresar agradecimientos antes de iniciar la cena. Este gesto, tradicional en hogares estadounidenses, ha sido acogido por dominicanos que buscan fomentar la unión emocional en un día que simboliza gratitud y convivencia.

El crecimiento de esta tradición está estrechamente ligado a los más de 2.2 millones de dominicanos residentes en EE. UU.. Las remesas —que superan los 10,000 millones de dólares al año— permiten que familias en el país preparen menús más elaborados para celebrar el día.
Supermercados y tiendas ya disponen de pavos, rellenos, salsas y productos de temporada. Los expertos recomiendan planificar las compras con anticipación y combinar el menú tradicional con platos dominicanos para hacerlo más accesible.