
La nutrióloga Grace de los Santos explicó este viernes en El Rumbo de la Mañana las razones por las que muchas personas despiertan con mayor apetito luego de una cena abundante, especialmente durante las celebraciones de diciembre.
Aseguró que se trata de un fenómeno multifactorial, donde influyen aspectos fisiológicos, emocionales y conductuales. “No te puedo decir que es por una sola razón, es un conjunto”, afirmó la especialista de la salud.
De los Santos señaló que la mezcla típica de los platos navideños, ricos en azúcar, grasa y sal, produce un estímulo directo en el cerebro. “Ese combito de azúcar, grasa y sal, tu cerebro lo recibe como dopamina… la hormona del placer y de la felicidad”, explicó.
Esa respuesta genera una especie de adicción inmediata: “Esa dopamina es adictiva, tú quieres más”.
Otro factor determinante es el pico glucémico que se produce al ingerir grandes cantidades de comida.
La especialista de la nutrición detalló durante su intervención que, luego de una comida copiosa, el azúcar en sangre sube y el organismo libera insulina de forma acelerada para bajarla. “El pico de insulina es tan fuerte que baja el azúcar rápido y en ese momento tu cuerpo también lo recibe como hambre”, dijo.
El consumo de alcohol, frecuente en las festividades, también influye en el aumento del apetito, de acuerdo a las explicaciones ofrecidas por la doctora Grace de los Santos en El Rumbo de la Mañana.
Recordó que las bebidas alcohólicas deshidratan y ese proceso suele confundirse con señales de hambre. Además, el alcohol altera dos hormonas clave del apetito: “Afecta la Grelina, que da hambre, y la Leptina, que da saciedad; cuando tomas mucho alcohol hay un desequilibrio”.
La especialista explicó que este desequilibrio hormonal hace que la persona “se haga menos sensible a la Leptina”, lo que dificulta sentir saciedad, mientras aumenta la producción de Grelina, impulsando a comer más.
A esto se suma la variedad y abundancia de platos típicos de la cena del 24 de diciembre, como pasteles en hoja, pastelitos y ensalada rusa, que fomentan episodios de “jartura”, como ella misma describió.
De los Santos indicó que cuando se come en exceso, la digestión se vuelve más lenta y se distiende el estómago, lo que altera la comunicación entre este órgano, el intestino y el cerebro. “Esa comunicación como que se "revoltea" y al final no está trabajando de manera adecuada”, explicó.
A nivel emocional, señaló que diciembre es un mes cargado de nostalgia, expectativas y cansancio acumulado, factores que pueden llevar a comer más de lo habitual.
“Quizás no has logrado las metas que quisieras… y cuando tú estás nostálgico, tú quieres comer”, expresó. Agregó a esta lista que, la falta de sueño, común en esta época por el aumento de actividades, también altera la Leptina, la Grelina y el Cortisol, favoreciendo un mayor apetito.
Finalmente, recomendó estrategias simples para manejar estos picos de hambre, como:
“Trate de caminar 10 o 15 minutos después que usted coma; eso lo va a ayudar a evitar hipoglucemia”, aconsejó, aclarando que no se trata de una actividad intensa: “Porque tú no te vas a poner a correr”.