La detección de 17 conductores del transporte público que dieron positivo en pruebas antidoping ha encendido las alarmas sobre el consumo de drogas y alcohol entre choferes, lo que ha llevado a los sindicatos a endurecer sus medidas de control.
Algunos gremios han anunciado la expulsión inmediata de los implicados, sin excepción, como parte de un esfuerzo por garantizar la seguridad de los pasajeros y demás conductores. Aunque en la Central Nacional de Transportistas Unificados no se registraron casos positivos, su presidente, Williams Pérez, afirmó que se aplicarán sanciones severas a quienes no acaten los nuevos protocolos.
Los sindicalistas también han exigido a las autoridades mayor claridad respecto al tipo de sustancias encontradas en los conductores. Según informó el INTRANT, los choferes afectados pertenecen a paradas del Sur (8), San Cristóbal (6) y el Kilómetro 9 de la Autopista Duarte (3). Sus licencias fueron retenidas.
Frente a esta situación, ciudadanos han instado a los conductores a tomar conciencia sobre el peligro de manejar bajo los efectos de sustancias prohibidas, señalando que esta conducta pone en riesgo vidas humanas.
Mientras las autoridades continúan con las pruebas antidoping, la población espera acciones más firmes para mejorar la seguridad en el transporte colectivo.