El Senado de Estados Unidos aprobó en la madrugada del viernes un plan de gasto por 350,000 millones de dólares destinado a financiar las políticas de deportación masiva del expresidente Donald Trump, reforzar la seguridad fronteriza y aumentar la inversión militar.
La votación, que sigue la estrategia de reconciliación presupuestaria, permitirá a los republicanos avanzar sin obstáculos demócratas en la Cámara Alta. Sin embargo, el proyecto podría enfrentar resistencia en la Cámara de Representantes, donde los legisladores republicanos buscan consolidar todas las iniciativas de Trump en una única legislación, a la que el expresidente ha llamado un “proyecto de ley grande y hermoso”.
El plan, impulsado por el senador Lindsey Graham, presidente del Comité Presupuestario, busca aprobarse en primavera y contempla 175,000 millones de dólares para la construcción del muro fronterizo y la expansión de centros de detención de inmigrantes, además de 150,000 millones para fortalecer el ejército con mejoras en las cadenas de suministro, misiles y sistemas de defensa.
Para compensar estos gastos, los republicanos evalúan aprobar proyectos de combustibles fósiles y reducir fondos para programas de asistencia social.
La legislación fue aprobada por 52 votos a 48, siguiendo en gran medida las líneas partidarias. Durante la sesión, que se prolongó por casi 10 horas, los demócratas presentaron múltiples enmiendas con el fin de presionar a los republicanos en temas sensibles.
El senador Rand Paul se desmarcó de su partido y votó en contra, alineándose con los demócratas.
El Senado prevé discutir más adelante un segundo proyecto de reconciliación para abordar la extensión de los recortes fiscales de 2017. Mientras que las reducciones de impuestos para empresas fueron permanentes, las aplicadas a individuos expiran en 2025, lo que podría traducirse en un incremento tributario sin la intervención del Congreso.
La Cámara de Representantes debatirá la próxima semana cómo integrar la legislación fiscal con el resto de las propuestas.