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El Senado de la República aprobó este viernes, de manera unánime y en única lectura, el nuevo Código Procesal Penal, pese a los fuertes cuestionamientos sobre artículos sensibles y reclamos de supuestas irregularidades en el proceso legislativo.
La urgencia del plazo constitucional que vence en seis días empujó la decisión para evitar que el país quedara sin un marco penal vigente.
La pieza fue ratificada exactamente como la envió la Cámara de Diputados, con las 60 modificaciones introducidas, varias de ellas hechas a último momento.
Durante la sesión, el senador Antonio Taveras, presidente de la comisión de Justicia, reconoció tener acuerdos y desacuerdos con cambios realizados por los diputados, y exhortó a la Cámara Baja a respetar el trabajo legislativo del Senado.
El vicepresidente del hemiciclo, Pedro Catrain, denunció intentos de sectores externos por frenar la aprobación del código. Mientras que el senador Rafael Barón Duluc admitió que no es un texto perfecto, pero lo calificó como un avance necesario que podrá ser ajustado más adelante.
Previo a la sesión, el bloque oficialista sostuvo una reunión privada para coordinar posiciones.
Horas antes de la votación, el vicepresidente de Finjus, Servio Tulio Castaños, alertó que el proyecto contiene temas delicados, como prescripción y debido proceso, y que mantiene un “desequilibrio” a favor del Ministerio Público.
Sugirió que lo más prudente habría sido retomar la versión de 2015 y posponer el debate para incluir a más sectores.
Finalmente, el texto fue aprobado por los 29 senadores presentes y ahora pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación u observación.