
A raíz de la explosión de una tubería matriz del acueducto Cibao Central, ocurrida el pasado miércoles en el municipio de Sabana Iglesia, varios sectores de Santiago continúan afectados por la falta de agua potable, mientras se realizan los trabajos de reparación de la estructura.
Según los reportes de residentes de comunidades como Ensanche Libertad, Ensanche Espaillat, Nibaje y El Ejido atraviesan una severa escasez del servicio, sin recibir asistencia alternativa por parte de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan).
Ante la situación, los residentes han tenido que recurrir a la compra de botellones, al uso del agua que lograron almacenar o a la solidaridad entre vecinos. “Un vecino nos está pasando agua de su cisterna”, explicó doña Teresa, residente en el Ensanche Libertad, quien asegura que la situación se ha vuelto insostenible con el paso de los días.
En el Ensanche Espaillat, Walter David, comerciante del sector, relató que han tenido que modificar sus rutinas diarias. “Tenemos que bañarnos en poncheras para usar esa agua en el inodoro”, indicó.
Los comunitarios denunciaron que Coraasan no ha enviado camiones cisterna a las zonas afectadas, pese a que habían anunciado esa medida como solución provisional durante los trabajos de intervención. “Habían anunciado que iban a mandar un camión de agua y todavía lo estamos esperando”, afirmaron.
Aunque en el Ensanche Espaillat el servicio ha sido históricamente inestable, sus residentes señalan que han tenido que “buscarle la vuelta” a la situación, asegurando que están acostumbrados a la irregularidad del suministro.
En la actualidad, la venta de agua embotellada se ha convertido en un negocio muy rentable. Muchas empresas han visto en este recurso una oportunidad para generar ingresos significativos.
Desde horas de la madrugada, decenas de camiones cisterna realizan turnos para abastecerse en la toma de agua ubicada frente a Coraasan, en el sector Nibaje. Para cargar, los conductores deben adquirir un ticket en la institución, con precios que oscilan entre 100 y 300 pesos, según el tamaño del camión.
Los camioneros indicaron que el precio de reventa del agua depende de la distancia del traslado, pero actualmente ronda los 2,800 pesos por camión, debido a la alta demanda.
De igual forma, numerosos ciudadanos de distintos sectores de Santiago se han trasladado por cuenta propia a esta toma para llenar botellones y tanques de agua de manera gratuita. Un grupo de vecinas narró que se desplazó desde Barrio Obrero hasta Nibaje, debido a que en su comunidad no ha llegado ningún camión para suplir la necesidad del líquido.