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La comunicadora Zoila Luna abrió el debate este miércoles en el programa “Solo para Mujeres”, transmitido por Zol 106.5 FM, leyendo un artículo de Saraida de Marchena sobre el valor de la reputación, en el que se cuestiona si la popularidad garantiza respeto social. “Cada quien debe asumir las consecuencias de su conducta”. “No es solo ser, sino parecer, y se cosecha lo que se siembra”, añadió.
El tema surgió a propósito del caso reciente de una cantante urbana que denunció haber sido rechazada para residir en zonas exclusivas, pese a cumplir con los requisitos legales y económicos.
Saraida de Marchena, experta en comunicación estratégica, explicó que la reputación es una percepción colectiva y externa, construida a lo largo del tiempo con base en acciones, palabras y coherencia. Durante la conversación, se hizo referencia a otros casos similares, como el de un famoso pelotero dominicano que fue rechazado en un exclusivo club social, lo que llevó a Marchena a afirmar que “el dinero no compra reputación”.
El diseñador Míster Pichón, también presente en cabina, señaló que la reputación está anclada a la historia personal de cada individuo, y que si bien una crisis puede afectarla, una trayectoria coherente puede sostenerla.
“Lo que tú haces, dices y cómo comunicas, fortalece o tambalea tu reputación”, indicó de Marchena, destacando que esta no puede comprarse, pero sí reconstruirse con estrategia, coherencia y tiempo.
El debate abordó también la diferencia entre imagen y reputación. Míster Pichón comentó que muchos influencers proyectan una imagen aspiracional que no siempre es sostenible. “Hay quienes comparten artículos de lujo o alquilan espacios solo para aparentar una vida que no tienen, pero esa imagen no garantiza una buena reputación”, sostuvo.
Se mencionaron casos concretos, como el de artistas internacionales y locales cuyas imágenes disruptivas generan fama, pero no necesariamente respeto. En particular, se analizó el caso de la cantante urbana dominicana Tokisha, cuya trayectoria ha sido polémica. Aunque tiene éxito y presencia internacional, su reputación sigue siendo objeto de debate, especialmente en sectores conservadores del país.
Saraida de Marchena explicó que la reputación puede ser sectorizada, dependiendo del público al que se dirija una figura o marca, pero advirtió que si no hay coherencia entre lo que se proyecta y lo que se hace, el resultado termina afectando la percepción global. “Puedes dirigirte a públicos distintos, pero al final esas percepciones tienden a alinearse para bien o para mal”, concluyó.
El programa cerró con un llamado a valorar la coherencia y la autenticidad en un mundo donde la imagen digital puede distorsionar la realidad. Los participantes coincidieron en que, aunque la imagen puede abrir puertas, es la reputación la que mantiene el respeto y la credibilidad a lo largo del tiempo.
