El nutriólogo y deportólogo, Richard Marine, expresó en A Diario que las aseguradoras deben incorporar el tratamiento de la inyección GLP-1 para pérdida de peso (obesidad), aprobada por Organización Mundial de la Salud.
"La OMS acaba de aprobar tratamientos de agonistas de GLP-1 para la pérdida de peso", expresó.
Explicó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado un paso importante al aprobar tratamientos con agonistas de GLP-1, inyecciones que facilitan la pérdida de peso como parte de un protocolo más amplio.
"Estas alternativas representan un cambio significativo en la lucha contra la obesidad, sugiriendo que es necesario ir más allá de las estrategias tradicionales basadas solo en dieta y ejercicio. Este avance puede llevar a que las aseguradoras comiencen a cubrir estos tratamientos, ofreciendo así una opción más accesible para las personas que sufren de sobrepeso y obesidad", sostuvo.
"El 50% de la población dominicana está enferma o padece diabetes o hipertensión", indicó.
Señaló que en el país se estima que el 50% de la población enfrenta problemas de salud relacionados con la obesidad, diabetes o hipertensión.
"Esto pone de manifiesto la urgencia de integrar tratamientos efectivos y programados dentro del sistema de salud. Es crucial que estas condiciones se reconozcan como enfermedades por parte de las aseguradoras, lo que permitiría una atención más integral y accesible para quienes la necesitan", consideró.
"El 35% de la ingesta de alcohol disminuye en las personas que usan estos medicamentos", advirtió.
Especificó que la falta de revisiones clínicas previas puede hacer que algunos pacientes no califiquen para ciertos tratamientos, especialmente si presentan comorbilidades, agregando que esto implica que se necesita una evaluación cuidadosa para determinar la elegibilidad de un paciente.
Manifestó que algunos medicamentos, específicamente los agonistas del GLP-1 que son inyecciones para el control del peso, han demostrado reducir el deseo de consumir alcohol en un 35%. "Este decremento en el deseo también afecta el apetito, llevando a una reducción en la ingesta general de alimentos", añadió.

"El 70% de obesidad y sobrepeso en República Dominicana es alarmante", señaló.
Detalló que la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en República Dominicana es del 70%, lo que es un 10% más alto que el promedio latinoamericano, que es preocupante y requiere atención urgente en cuanto a la salud pública.
Dijo que existen problemas adicionales en Estados Unidos, donde se están considerando restricciones para la entrada de personas obesas, lo que refleja una presión sobre la política migratoria y de salud pública relacionada con el tratamiento de enfermedades.
"El éxito de los agonistas de GLP-1 ha sido justo eso: los sistemas colapsaron contra la industria", adujo.
Sostuvo que el uso de medicamentos para el control de la obesidad también se extiende a los niños, y su implementación significa que hay que reconsiderar la cultura alimentaria en torno a lo que consumen.
"Antes, la dieta se refería a comer como lo hacían nuestros abuelos: víveres, pollo y pescado", recordó.
Puntualizó que en la actualidad, el concepto de dieta ha cambiado y ahora se refiere a comer de manera normal, es decir, volver a las raíces alimenticias que consumían las generaciones anteriores.
Dijo que este cambio resalta la importancia de una alimentación saludable, a base de productos frescos y tradicionales, en contraposición a opciones más modernas y, a menudo, menos saludables.

"El 50% de la población tiene problemas para acceder a una alimentación adecuada", indicó.
Enfatizó que se plantea que un alto porcentaje de la población dominicana enfrenta serias dificultades económicas que afectan su acceso a alimentos nutritivos.
Subrayó que muchas personas trabajan en condiciones que limitan su capacidad de comprar comida saludable, ya que lo insalubre suele ser más accesible económicamente.
Se observa que el promedio de gasto en comida en la calle no permite opciones equilibradas, lo que lleva a una dieta poco saludable.
"Apostar a la educación en alimentación es crucial para el bienestar del país", señaló.
Manifestó que hay un énfasis en la necesidad de políticas públicas que eduquen a la población sobre la alimentación saludable, agregando que esta educación puede reducir costos en servicios de salud a largo plazo, al disminuir enfermedades relacionadas con la mala alimentación.
Mencionó que una pequeña inversión en educación puede tener un retorno significativo, que puede ser hasta 3.75 veces más en ahorro estatal en costos de salud.
Los expertos sugieren que la orientación sobre alimentación y hábitos saludables no requiere grandes inversiones, sino un esfuerzo constante y sistemático para generar cambios duraderos en la sociedad.