La reciente prohibición de entrada a Estados Unidos para ciudadanos haitianos impuesta por el gobierno de Donald Trump podría agravar aún más la crisis económica de Haití, según alertaron expertos y líderes comunitarios.
Las remesas enviadas por la diáspora haitiana representan más del 16 % del Producto Interno Bruto del país. La disminución de estos envíos afectaría directamente a miles de familias y limitaría el acceso a servicios básicos como salud y educación. El Estado haitiano también recauda 1.50 dólares por cada transferencia, fondos que se destinan principalmente a infraestructuras educativas.
La medida migratoria se produce mientras Haití atraviesa una crisis marcada por violencia de pandillas, desplazamientos forzados y colapso institucional. La inclusión del país en la lista de naciones restringidas impide la entrada de haitianos con visas de turismo, negocios, estudio o intercambios culturales.
El doctor en Derecho Dieudonné Barnabas señaló que, aunque EE. UU. puede justificar la decisión por razones de seguridad nacional, esta tendrá consecuencias para los residentes haitianos en EE. UU., que ahora enfrentan mayores dificultades para reunificar a sus familias o realizar viajes por motivos médicos o comerciales.
El periodista haitiano Emmanuel Paul advirtió que la medida también podría provocar una reducción del poder adquisitivo, afectar la contratación laboral de haitianos en EE. UU. y aumentar la inflación en Haití debido al posible retiro de entidades bancarias e instituciones que operan con el país.
El Consejo Presidencial de Transición haitiano anunció que buscará iniciar negociaciones con la administración estadounidense para revertir la inclusión de Haití en la lista, mientras que algunos analistas plantean que una respuesta firme contra las bandas armadas podría facilitar el levantamiento de la medida.