
Residentes del sector Santa Lucía, comunidad cercana al vertedero de Rafey, alertaron sobre la grave amenaza que representa la creciente cañada para la salud y seguridad de decenas de familias. La acumulación de desechos y el impacto de las lluvias ponen en peligro al menos 60 viviendas, mientras los vecinos viven en un estado de vulnerabilidad constante.
Rosa Silverio, coordinadora del Consejo para el Desarrollo del Barrio Santa Lucía, y la dirigente comunitaria Rosanna Báez, denunciaron las condiciones insalubres, la pobreza extrema y la situación desesperante de los residentes. Según ellas, el desbordamiento de la cañada ha provocado el colapso de tres viviendas y daños severos en otras cinco.
“La gente de Santa Lucía merece un mejor destino después de 40 años conviviendo con contaminación y miedo”, afirmó Silverio, mientras Báez destacó los efectos contaminantes del lixiviado proveniente del vertedero de Rafey sobre la cañada.
Alfredo Matías, director ejecutivo del Centro Integral para el Desarrollo Local (CIDEL), enfatizó que la cañada constituye una grave amenaza para la salud de los pobladores, exponiéndolos a enfermedades derivadas de las condiciones insalubres. La aprobación de la resolución representa un paso decisivo para colocar la problemática de Santa Lucía en la agenda nacional y garantizar la planificación y ejecución de obras de saneamiento.