
El gobierno británico anunció el martes que el impuesto sobre las bebidas azucaradas se ampliará a más productos, para incluir, por ejemplo, los batidos y las leches aromatizadas, en el marco de la lucha contra la obesidad.
Para evitar el impuesto, las bebidas azucaradas deberán además contener menos de 4.5 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, en lugar de los 5 actuales.
Las bebidas que contengan entre 4.5 y 7.9 gramos estarán sujetas a un gravamen de 19.4 peniques (unos 26 centavos de dólar) por litro, que aumentará a 25 peniques (unos 33 centavos) cuando superen los ocho gramos.
Los productos afectados por este nuevo umbral son las bebidas lácteas embotelladas que contienen azúcares añadidos, como los batidos vendidos en los supermercados, las leches aromatizadas, los yogures bebibles y los cafés preparados, detalló el Ministerio de Sanidad en un comunicado.
La leche natural sin azúcar y las bebidas sustitutivas de la leche no están incluidas.
Las empresas tienen hasta el 1 de enero de 2028 para reducir los niveles de azúcar. De lo contrario, se les aplicará un impuesto.
El impuesto sobre las bebidas azucaradas entró en vigor en 2018, con el fin de reducir su consumo, especialmente entre los más jóvenes.
Las últimas cifras oficiales indican que uno de cada diez niños en Inglaterra es obeso cuando entra en la escuela primaria, a los cuatro o cinco años de edad.
La cifra sube al 22 % cuando alcanzan el último curso, a los diez u once años, según el Programa Nacional de Medición Infantil.
"El impuesto ya ha demostrado que cuando la industria reduce los niveles de azúcar, mejora la salud de los niños. Así que vamos más lejos", añadió.
Reino Unido también se enfrenta a una creciente crisis de salud dental infantil, con hasta seis de cada diez niños en algunas zonas desfavorecidas que presentan dientes cariados a los cinco años.