Hoy, 26 de enero, se conmemora el natalicio 212 de Juan Pablo Duarte, prócer de la independencia dominicana y figura clave en la formación de la República Dominicana, nació en 1813, durante el periodo de la España Boba.
Duarte dedicó su vida a la lucha por la libertad de su patria, dejando un legado imborrable en la historia nacional.
Hijo de un comerciante español y una dominicana, creció en un contexto de inestabilidad política y social. Tras la ocupación haitiana de 1822, la abolición de la esclavitud y la imposición del francés como idioma oficial, Duarte se inspiró en los ideales liberales europeos para forjar su visión de una nación libre y soberana.
A su regreso de Europa en 1833, Duarte fundó la sociedad secreta La Trinitaria, con el objetivo de conspirar contra la ocupación haitiana y promover la independencia dominicana. A través de actividades clandestinas y obras teatrales con mensajes velados de libertad, Duarte y sus compañeros sentaron las bases para la revolución independentista.
Tras el derrocamiento del presidente haitiano Boyer en 1843, Duarte asumió un rol protagónico en la lucha por la independencia. Sin embargo, las actividades de los trinitarios fueron descubiertas y Duarte se vio obligado a exiliarse en Curazao. A pesar de su ausencia, sus compañeros proclamaron la independencia el 27 de febrero de 1844.
Duarte regresó a Santo Domingo en marzo de 1844, recibido como un héroe nacional. Fue nombrado general del ejército y participó en la redacción de la primera Constitución dominicana. Su visión de una república libre, independiente y justa sentó las bases del Estado dominicano.
A pesar de sus importantes contribuciones, Duarte enfrentó la oposición de sectores conservadores y fue exiliado nuevamente en 1844. Pasó gran parte de su vida en Venezuela, donde falleció en 1876. Sus restos fueron repatriados en 1884 y hoy reposan en el Altar de la Patria, símbolo de la gratitud y el reconocimiento de la nación dominicana a su Padre de la Patria.