
El embarazo en adolescentes sigue siendo un problema con serias consecuencias socioeconómicas en República Dominicana, afectando no solo a las jóvenes, sino también a sus familias, comunidades y al Estado. Aunque en los últimos años ha habido avances en la reducción de la Tasa Específica de Fecundidad Adolescente (TEFA), el impacto económico sigue siendo considerable.
Un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), titulado "El precio de la desigualdad: Consecuencias socioeconómicas del embarazo en adolescentes y la maternidad temprana en América Latina y el Caribe", estima que este fenómeno le cuesta al país alrededor de $131 millones de dólares al año, equivalente al 0.38% del PIB.
Latinoamérica y el Caribe tienen la segunda tasa más alta de embarazo adolescente a nivel mundial, solo por detrás de África subsahariana. En República Dominicana, la TEFA en jóvenes de 15 a 19 años es de 50.6 por cada 1,000 adolescentes, cifra superior al promedio regional. Además, el 87% de estos embarazos no son planificados, lo que resalta la necesidad de fortalecer políticas de prevención y educación sexual.
Para calcular las consecuencias financieras del embarazo en adolescentes, el informe aplicó la metodología MILENA en 15 países de la región, incluyendo República Dominicana. Los datos muestran que el impacto recae principalmente sobre las mujeres, con pérdidas en tres áreas clave:
El impacto también se refleja en el gasto público. Los servicios de salud vinculados al embarazo adolescente requieren $21.3 millones de dólares, considerando atención prenatal, parto y complicaciones derivadas. Además, la reducción en los ingresos laborales de estas jóvenes significa que el Estado deja de percibir $9 millones en impuestos.
El informe subraya que el embarazo adolescente es más común en zonas rurales, comunidades indígenas y entre afrodescendientes, evidenciando desigualdades en el acceso a educación y servicios de salud.
Para enfrentar esta situación, el informe propone:
✅ Educación sexual integral en escuelas y comunidades, con especial enfoque en sectores vulnerables.
✅ Servicios de salud accesibles para adolescentes, garantizando anticoncepción moderna.
✅ Políticas que permitan la continuidad educativa de las adolescentes embarazadas.
✅ Mayor inversión en prevención, ya que por cada dólar invertido se obtiene un retorno de $15 a $40.
Reducir el embarazo en adolescentes no solo mejora la calidad de vida de las jóvenes, sino que también tiene un impacto positivo en la economía y el desarrollo del país.