Las semillas de calabaza se han convertido en un alimento destacado dentro de las dietas saludables gracias a su perfil nutricional equilibrado y a los múltiples beneficios que aportan al organismo. Incorporarlas en la alimentación diaria puede mejorar desde la salud cardiovascular hasta la calidad del sueño.
Ricas en grasas saludables, proteínas vegetales y minerales esenciales, las semillas de calabaza ofrecen un aporte nutritivo notable. Según un artículo de EatingWell, su consumo regular contribuye a proteger el corazón gracias a su contenido en ácidos grasos omega-3, que elevan el colesterol HDL o “bueno”, ayudando a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Asimismo, un estudio publicado en el Journal of Medicinal Food destaca su efecto beneficioso en el control del azúcar en sangre, gracias a su combinación de proteínas y fibra que evitan los picos glucémicos tras las comidas, favoreciendo un flujo de energía estable a lo largo del día.
Más allá de la salud metabólica, las semillas de calabaza también favorecen un descanso reparador.

Cada porción de 30 gramos aporta alrededor de 9 gramos de proteína, lo que las convierte en una de las fuentes vegetales más densas en este macronutriente. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, una dieta rica en proteínas vegetales puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2, síndrome metabólico y ciertos tipos de cáncer.
De acuerdo con el National Institutes of Health, una ración de 30 gramos contiene 166 calorías, 12 gramos de grasa saludable, 6 de carbohidratos, 2 de fibra y nada de azúcares añadidos. También aportan magnesio, fósforo, potasio y zinc, minerales que fortalecen los huesos, el sistema inmunológico y el metabolismo.

En general, son bien toleradas, pero se recomienda precaución en personas con alergias a las semillas o problemas digestivos como la diverticulitis. La especialista Lauren Manaker sugiere consultar a un médico en estos casos y optar por versiones sin sal ni saborizantes artificiales. “Si compras semillas preenvasadas, revisa el contenido de sodio y aditivos”, advierte.

Su versatilidad permite integrarlas fácilmente en diversas preparaciones: sobre yogur, avena, batidos, ensaladas o panes caseros. También pueden tostarse con especias o añadirse a barritas energéticas para un toque crujiente y nutritivo.
En fin, comer semillas de calabaza beneficia al corazón, al metabolismo, al sistema hormonal y al descanso nocturno, convirtiéndolas en un aliado natural para mantener una salud integral dentro de una dieta equilibrada.
Fuente: Infobae.