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Este Jueves Santo, 28 de marzo, el cristianismo conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena, el lavatorio de los pies y la oración en el huerto de Getsemaní.
Según relata la Biblia, la Última Cena fue el momento en el que Jesús se reunió con los doce apóstoles para despedirse de ellos antes de su muerte. Además, durante esta cena les anunció que uno de ellos le traicionaría, dando a entender que era Judas Iscariote.
El Jueves Santo es una celebración cristiana que conmemora varios eventos significativos ocurridos en la última semana de la vida de Jesucristo antes de su crucifixión.
Místicamente, esto recuerda el sacrificio de Jesús en la cruz para la salvación de la humanidad. Además, este día también se celebra la institución del orden sacerdotal.
Este hecho se produce cuando Jesús toma el pan, lo parte y lo reparte entre los comensales diciendo: “Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”.
A continuación toma un cáliz lleno de vino y dice: “Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”. Y concluyó: “Haced esto en conmemoración mía”. Esta última frase es interpretada por la Iglesia como la institución del Orden Sacerdotal, otro de los siete sacramentos.