
El presidente ruso, Vladímir Putin, decidió no asistir a la reunión programada en Estambul con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, aunque enviará una delegación a lo que podría convertirse en las primeras conversaciones de paz en casi tres años.
El Kremlin confirmó que un asesor presidencial liderará el grupo ruso en las conversaciones, repitiendo el esquema de marzo de 2022 en la misma ciudad. Esto ha dejado en suspenso la asistencia de Ucrania, que ahora depende exclusivamente de la decisión de Zelenski. El mandatario tenía previsto viajar el jueves a Ankara para reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien actúa como mediador.
Durante los últimos días, circularon rumores sobre una posible cumbre directa entre ambos líderes, aunque desde Moscú nunca se confirmó la intención de Putin de asistir. En cambio, optó por mantener su iniciativa de retomar el diálogo sin comprometerse a un cese al fuego inmediato, como le exigían Kiev y varios gobiernos europeos.
Zelenski respondió positivamente a la invitación para dialogar y se mostró dispuesto a encontrarse con su adversario. Además, el expresidente estadounidense Donald Trump manifestó su apoyo a la posible reunión, incluso ofreciéndose como parte del esfuerzo para lograr un alto el fuego. “Eso sería de gran ayuda”, declaró Zelenski. El Kremlin, por su parte, minimizó la posibilidad aludiendo a la apretada agenda de Putin, especialmente debido a los conflictos en Oriente Medio.
Mientras tanto, la Unión Europea aprobó su 17º paquete de sanciones contra Rusia, centrado en sectores clave como el energético y el financiero, que se activaría si Moscú se niega a aceptar un alto el fuego como paso inicial hacia un acuerdo de paz.
Putin y Zelenski no han tenido contacto cara a cara desde diciembre de 2019, cuando participaron en una cumbre en París con la mediación de Francia y Alemania. Ese encuentro terminó sin avances significativos y dejó en evidencia la distancia insalvable entre ambas posturas respecto al Donbás.
Para esta nueva ronda de conversaciones, Putin ha vuelto a designar como jefe negociador a Vladímir Medinski, su asesor en temas culturales y figura conocida por sus posturas nacionalistas. Medinski también lideró la delegación rusa en 2022, cuando afirmó que Ucrania estaba comenzando a aceptar algunas de las condiciones rusas. Sin embargo, los diálogos se rompieron tras la masacre en Bucha, y Kiev se retiró ante lo que consideró exigencias inaceptables, como la drástica reducción de su ejército.
Junto a Medinski, también participarán el viceministro de Exteriores, Mijaíl Galuzin; el viceministro de Defensa, Alexandr Fomin; y el jefe de inteligencia militar, Ígor Kostiukov. “La delegación abordará asuntos políticos y, yo diría, también un conjunto de cuestiones técnicas”, explicó Yuri Ushakov, asesor del Kremlin en política exterior.
El interés global por un posible acuerdo de paz está en aumento. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, intentó convencer a Putin de reunirse con Zelenski durante una escala en Moscú después de su visita a Pekín, pero no fue recibido en persona por el mandatario ruso. En su lugar, mantuvieron una llamada telefónica en la que Lula reiteró que tanto Brasil como China están dispuestos a facilitar las negociaciones.
Putin agradeció la disposición de ambos países, pero no cambió su decisión de mantenerse al margen del encuentro en Estambul.
A su vez, el papa León XIV hizo un llamado directo a los líderes mundiales: “El pueblo quiere la paz y yo, con el corazón en la mano, les digo a los líderes del pueblo: ¡reunámonos, hablemos, negociemos! La guerra nunca es inevitable; las armas pueden y deben callar, porque no resuelven los problemas, sino que los agravan”.