El educador y dirigente gremial Julio Batista cuestionó este viernes la forma en que el Ministerio de Educación gestiona los cambios en el sistema escolar y advirtió que los sucesivos titulares de la institución padecen lo que denominó el “síndrome de la originalidad”, una práctica que, a su juicio, provoca que cada ministro llegue “a borrar lo que los otros han hecho” en lugar de fortalecer lo que funciona.
Sus declaraciones fueron ofrecidas durante una intervención en el programa El Sol de la Mañana, por 106.5 FM, donde aseguró que la educación nacional requiere continuidad, rigor técnico y visión de largo plazo, no reinicios constantes.
- “En educación todos los ministros llegan y quieren inventar. Aquí hay que continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho para beneficio de la gente”, afirmó.
Batista respondió a recientes planteamientos públicos sobre la supuesta falta de educación moral y cívica en las escuelas, señalando que esa afirmación desconoce el diseño curricular vigente.
Explicó que la asignatura Formación Humana Integral y Religiosa cuenta con 21 indicadores, de los cuales 11 corresponden directamente a educación cívica, mientras que Ciencias Sociales también aporta contenidos relacionados con valores y ciudadanía.
“Decir que ahora es que se dará moral y cívica es falso. Siempre ha estado en el currículo. Eso está ahí y el ministro lo sabe”, expresó.
El profesor consideró positiva la estrategia de involucrar a jóvenes en actividades ciudadanas fuera de las aulas, señalando que cualquier programa que promueva la participación saludable de los estudiantes “es beneficioso para el país”.
Sin embargo, cuestionó la manera en que se ha presentado públicamente la iniciativa:
“Lo que no es correcto es divulgar que ahora sí se está dando moral y cívica, como si antes no existiera. Eso distorsiona la realidad y crea acusaciones injustas contra el magisterio”, indicó.
Batista también respondió a críticas sobre supuestas fallas del profesorado y recordó que muchas situaciones que afectan la docencia son responsabilidad administrativa del Ministerio de Educación.
“Cuando una escuela tiene cinco maestros faltantes, ¿a quién le toca nombrarlos? ¿A la ADP? Cuando un plantel está deteriorado, ¿es la ADP que debe repararlo? Cuando falta personal administrativo, eso tampoco es responsabilidad del gremio”, enfatizó.
A su juicio, atribuir al magisterio problemas que corresponden a la gestión estatal crea un ambiente de confrontación innecesario y distorsiona los verdaderos desafíos del sistema.