La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, protagonizó este domingo una de sus habituales rotundas intervenciones durante la multitudinaria manifestación convocada por el Partido Popular en la Plaza de España. Arropada por miles de personas, acusó al Gobierno de Pedro Sánchez de actuar como una organización mafiosa para mantenerse en el poder.
“Ponen a personas que fabrican corrupción para tapar su propia corrupción. Esto se llama mafia”, denunció Ayuso desde el escenario, en alusión a los escándalos que rodean al entorno del presidente. Sus palabras generaron una fuerte ovación, convertida en grito compartido por muchos de los asistentes que reclaman un cambio político urgente.
La lideresa madrileña cargó contra la “estrategia de manipulación” del Ejecutivo, afirmando que se está construyendo un sistema basado en el engaño y la impunidad. “Nos quieren hacer vivir en un mundo paralelo. Nos dicen que esto es lo normal, que el problema somos nosotros”, reprochó.
Ayuso alertó de que el Gobierno “ha cruzado todas las líneas rojas” al ceder ante el chantaje de partidos condenados o investigados. “Aquí los delincuentes dictan las leyes, y los jueces son perseguidos por cumplirlas”, dijo con ironía. “Se normaliza el crimen y se criminaliza la vida normal”, reiteró con gravedad.
“El Estado está siendo desmontado por dentro”, advirtió, señalando que las instituciones han dejado de ser neutrales y al servicio de todos. “Las dictaduras no entran de golpe, entran a sorbos, poquito a poquito, de manera inocua, aparentemente inofensiva”, afirmó, en una de sus frases más comentadas de la jornada.
“El Estado está siendo desmontado por dentro”, advirtió, señalando que las instituciones han dejado de ser neutrales y al servicio de todos. “Las dictaduras no entran de golpe, entran a sorbos, poquito a poquito, de manera inocua, aparentemente inofensiva”, afirmó, en una de sus frases más comentadas de la jornada.
Ayuso subrayó que el Partido Popular es hoy “el dique frente al abuso de poder y la mentira institucionalizada”. Animó a los ciudadanos a no resignarse: “Nos quieren callados, sumisos y dependientes. Pero no lo van a conseguir. La libertad no se negocia, se defiende con hechos y en la calle”.
En un ambiente pacífico pero combativo, la manifestación se convirtió en un grito coral contra lo que muchos consideran una degradación democrática. La presidenta madrileña instó a no bajar la guardia: “Esto no va de derechas o izquierdas. Va de legalidad, de dignidad y de verdad”.
Ya en la recta final de su intervención, Ayuso rechazó de plano el concepto de “España plurinacional” que defiende el Gobierno. “No somos extranjeros en nuestro país”, proclamó. “España es una nación de ciudadanos libres e iguales, y no vamos a permitir que la rompan desde dentro”.
“Si el presidente no quiere ver la realidad, ya se la mostramos nosotros”, concluyó Ayuso, convertida en referente de un clamor creciente que exige elecciones y un nuevo rumbo político. La Plaza de España fue, este domingo, un espejo de esa indignación colectiva.