La misión de policías kenianos enviada a Haití bajo mandato de la ONU está considerando abandonar el país caribeño debido a los asesinatos de agentes, la falta de pago, la desmoralización y las condiciones inhumanas que enfrentan, reveló el periodista estadounidense Danny Shaw, quien se encuentra documentando la crisis humanitaria desde Cabo Haitiano.
“La misión completa está considerando retirarse porque no está funcionando. Están desmoralizados. Tres han sido asesinados por los paramilitares”, expresó Shaw durante una entrevista en Esto Nos Tiene Nombre.
El investigador describió como “irónico” el hecho de que los paramilitares en Haití posean mayor poder de fuego que las propias fuerzas de seguridad extranjeras, en una situación que calificó como una guerra interna con “armas estadounidenses contra armas estadounidenses”.
Shaw relató que las familias en Kenia se cuestionan enviar a sus hijos a morir en un país del que no conocen ni siquiera el idioma, destacando que, incluso después de 30 años de estudio sobre Haití, el créole aún le resulta complejo.
Shaw subrayó que la crisis haitiana ha alcanzado niveles extremos, hasta el punto de convertir la vida cotidiana en un desafío diario.
“Hay hambre, mucha necesidad. La vida es muy cara. Mis amigos y colegas me dicen que lo primero en lo que piensan al levantarse es en cómo conseguir carbón para cocinar o qué ingredientes podrán encontrar para preparar algo de comida”.
Denunció, además, un “bloqueo financiero silencioso” que impide a las familias acceder a las remesas, con largas filas para cobrarlas y frecuentes negativas de efectivo en ventanilla.
El país está prácticamente dividido en dos mitades, con las bandas armadas controlando Puerto Príncipe e impidiendo la conexión entre el norte y el sur.
“Un niño nacido en el sur no puede visitar a sus abuelos en el norte porque no puede cruzar por la capital”.
Shaw aseguró que, en tres décadas de seguimiento a Haití, nunca había presenciado un escenario tan dramático, el cual los propios haitianos comparan con la esclavitud.
Según el investigador, la intervención internacional no ha logrado frenar la violencia; por el contrario, ha intensificado la militarización y el desplazamiento.
“Ya hay 1.3 millones de personas refugiadas en escuelas que ya no funcionan como tal. La capital está destruida. No hay educación, no hay salud, no hay futuro”.
Shaw describió que Haití sigue siendo "el país más malentendido del hemisferio" y que la ocupación extranjera, combinada con el poder de las bandas, está empujando a más haitianos a migrar hacia la República Dominicana, las Bahamas y otros destinos.
El periodista concluyó que la solución a la crisis no consiste en enviar más tropas, sino en detener el flujo de armas que fortalece el poder de las bandas.
“Haití no necesita más ocupaciones, necesita justicia, necesita humanidad”.