
Unos 1,000 policías de Río de Janeiro realizaron este jueves una operación en un conjunto de favelas de la ciudad contra el Comando Vermelho, una de las mayores organizaciones criminales de Brasil, en la segunda fase de la llamada Operación Contención, que dejó 122 muertos en octubre.
Pese a que los policías fueron recibidos a balazos y se registraron tiroteos en diferentes áreas, hacia al mediodía de este jueves no había informaciones sobre muertos, heridos o detenidos, según fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública consultadas por EFE.
Fue la operación policial más letal hasta ahora en Brasil.
La Operación Contención busca frenar el avance territorial del Comando Vermelho, una organización nacida en las cárceles cariocas en la década de 1970 y que actualmente tiene ramificaciones en la mayoría de los estados de Brasil y en algunos países vecinos.
El principal blanco es Antonio Ilário Ferreira, un narcotraficante de 61 años conocido como 'Barricó' y considerado el principal jefe de los pistoleros del Comando Vermelho en Sao Gonzalo.
Ferreira cumplía una condena a 27 años de prisión en un presidio de máxima seguridad en Mato Grosso do Sul, en la frontera de Brasil con Paraguay, pero fue liberado gracias a un beneficio judicial en 2019 y desde entonces está prófugo.
Además de los ocasionales tiroteos sin víctimas, la mayor dificultad de los policías fue remover barreras montadas por los narcotraficantes en las calles de acceso a las favelas, a algunas de las cuales les prendieron fuego.
En la operación de octubre, calificada como una "matanza" por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, no fue capturado ninguno de los líderes del Comando Vermelho contra los que habían sido dictadas órdenes de detención.
El primer informe realizado por la Fiscalía sobre dicha operación indicó que dos cadáveres presentaban "lesiones atípicas" que no se corresponden con enfrentamientos armados convencionales, ya que uno tenía marcas de tiros a corta distancia y otro había sido decapitado por un instrumento cortante.