
Una iglesia bautista del área de Chicago generó controversia tras instalar un pesebre inspirado en las políticas migratorias de la Administración Trump, con un Niño Jesús esposado y cubierto con papel aluminio, similar al utilizado en centros de detención de inmigrantes. La representación, elaborada por la iglesia Lake Street en Evanston, provocó reacciones divididas entre los feligreses y la comunidad.
Jillian Westerfield, ministra asociada y responsable de la instalación, explicó que la intención fue reimaginar el pesebre desde la perspectiva de la separación familiar forzada. Señaló que la experiencia bíblica de María, José y Jesús como refugiados guarda paralelos con la situación de las familias migrantes en Estados Unidos.
El Niño Jesús aparece maniatado y cubierto con una manta de aluminio, mientras que María y José usan máscaras protectoras en referencia al uso de gases lacrimógenos documentado en operativos federales.
Westerfield recordó que escenas similares ocurrieron en Chicago durante la operación migratoria “Midwest Blitz”, y añadió que incluso niños fueron afectados por la represión con gas lacrimógeno. La iglesia quiso mostrar cómo la violencia se ha extendido más allá de las protestas, alcanzando a periodistas y miembros de la comunidad.
Las imágenes generaron rechazo entre quienes consideran el montaje “herejía” o “blasfemia”. En un caso, alguien retiró la máscara de María y las bridas del Niño Jesús, obligando a la iglesia a reponerlas. Pese a las críticas, Westerfield sostuvo que el objetivo no es político, sino moral.
Afirmó que nadie debería ser tratado como los migrantes que enfrentan separación, detención y deshumanización.
El reverendo Michael Woolf aseguró que espera que la instalación motive a reflexionar sobre las familias migrantes y a actuar en su defensa. La congregación, que funciona como santuario de indocumentados, ha realizado pesebres similares en años anteriores, incluido uno de 2023 inspirado en la guerra de Gaza.

