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Entre consignas como "¡Libertad de prensa!", "¡No harán censura!", miembros de la seccional del Distrito Nacional del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) realizaron una marcha pacífica hacia el Palacio Nacional este lunes, en protesta por lo que consideran constantes atropellos por parte de sectores del poder político y gubernamental.
Durante la manifestación, los comunicadores denunciaron la estigmatización del periodismo crítico, los actos de violencia en coberturas públicas y la manipulación de la narrativa nacional. Aseguraron que estas acciones no solo vulneran su labor profesional, sino que representan una amenaza directa a la democracia.
"En los últimos años se ha venido dando un maltrato sistemático a los compañeros de la prensa, maltratos físicos y verbales. Estamos censurando y reprochando esta forma de actuar", declaró Wilder Páez, secretario general de la seccional del CDP en el Distrito Nacional.
Páez también criticó la postura del Comité Ejecutivo Nacional del CDP, que se desligó del llamado a la marcha. Acusó a sus dirigentes de traicionar los principios del gremio y pidió su expulsión por no representar los intereses del periodismo nacional.
En cuanto al acercamiento institucional, el dirigente expresó su decepción ante la falta de respuesta del director de Información y Prensa de la Presidencia, Daniel García Archibald, con quien intentó iniciar un diálogo. “No hay voluntad. Ya comunicamos las razones de la protesta, lo que esperamos es una solución real. Un espacio de diálogo, no evasivas”, afirmó.
La marcha partió desde el Parque Independencia y culminó frente al Palacio Nacional, donde los manifestantes entregaron un manifiesto con cinco propuestas dirigidas a reforzar el compromiso del Estado con la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo.
Uno de los participantes, el periodista José Paulino, relató que en fechas recientes el trabajo de la prensa acreditada en el Palacio Nacional fue interrumpido agresivamente en al menos dos ocasiones, sin motivo aparente.
“La labor del periodista es denunciar, visibilizar los problemas que se viven en los barrios y comunidades olvidadas. Eso no debe verse como una amenaza, sino como un complemento a las políticas públicas”, expresó Paulino, quien además advirtió sobre el riesgo de que nuevas leyes y prácticas oficiales instauren un régimen restrictivo en materia de comunicación.
Los participantes coincidieron en que el respeto a la prensa es esencial para mantener el equilibrio democrático y garantizar que la ciudadanía tenga acceso a información veraz y oportuna.