
El despliegue militar en la frontera con México se incrementará a unos 3.600 efectivos con la llegada de 1.500 soldados adicionales en servicio activo, enviados por el Pentágono para apoyar las políticas migratorias del presidente Donald Trump, según informó la agencia AP este viernes.
Entre los nuevos refuerzos se encuentra una brigada de logística del Cuerpo Aerotransportado con base en Fort Liberty, Carolina del Norte, que brindará apoyo en la instalación de barreras de alambre de púas, transporte e inteligencia, en coordinación con la Patrulla Fronteriza. Además, alrededor de 500 soldados de la 10ª División de Montaña se movilizarán en los próximos días, sumándose a los 1.600 ya desplegados.
En paralelo, unos 500 marines han sido enviados a la Bahía de Guantánamo, en Cuba, para reforzar la base ante la posible llegada de migrantes detenidos, uniéndose a otros marines que ya desempeñan labores de apoyo logístico en el área.
Estas acciones responden a la implementación de las órdenes ejecutivas firmadas por Trump poco después de asumir su segundo mandato el 20 de enero, y forman parte de un esfuerzo acelerado del Pentágono para cumplir con las directrices establecidas por la Casa Blanca.
El pasado 22 de enero, se anunció el primer despliegue de 1.500 soldados a la frontera sur de Estados Unidos, en adición a los aproximadamente 2.500 efectivos de la Guardia Nacional y la Reserva ya presentes en la zona.
Sobre esta medida, la secretaria de prensa Karoline Leavitt confirmó: “El presidente Trump firmó una orden ejecutiva para el despliegue de 1.500 tropas adicionales”, destacando que esta acción responde a la prioridad del mandatario de fortalecer la seguridad nacional.
Las tropas desplegadas no tienen permitido participar en tareas de orden público, debido a la Ley Posse Comitatus, que prohíbe a las fuerzas armadas realizar funciones policiales dentro de Estados Unidos. Sin embargo, podrán desempeñar labores de apoyo, como la instalación de barreras, logística, transporte y asistencia al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en la habilitación de espacios de detención y otros servicios de apoyo.
No obstante, esta limitación podría modificarse si el presidente Trump decide invocar la Ley de Insurrección de 1807, lo que permitiría a los soldados intervenir directamente en el control del orden público y realizar detenciones. Hasta ahora, no se ha confirmado si esta opción será utilizada en el nuevo despliegue.
El uso de tropas en la frontera no es una estrategia nueva. En 2018, durante su primer mandato, Trump ordenó el envío de más de 7.000 soldados a Texas, Arizona y California en respuesta a la llegada de caravanas migrantes.
Por su parte, el gobierno mexicano ha desplegado 10.000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte, como parte de un acuerdo alcanzado entre la presidenta Claudia Sheinbaum y Donald Trump. Este acuerdo permitió a Trump suspender por un mes la aplicación de un arancel del 25% a las importaciones mexicanas, cuya entrada en vigor estaba prevista para el 4 de febrero.
En el marco de la “Operación Frontera”, iniciada el 5 de febrero, el Gabinete de Seguridad federal informó la detención de 116 personas y el decomiso de 35 armas de fuego, de las cuales 15 provenían de Estados Unidos. También se confiscaron varios kilos de drogas, 50 vehículos, siete inmuebles y 86.275 pesos (aproximadamente 4.300 dólares).
Pese al despliegue de miles de elementos de seguridad en la frontera compartida de más de 3.000 kilómetros, amplias zonas siguen bajo el control de cárteles del narcotráfico y organizaciones criminales que operan el tráfico de drogas y migrantes.