
En esta entrevista reveladora realizada en TF DEPORTES por Telefuturo23 y luego difundida en YouTube Marega Deportes, Pedro Pablo Pérez se sumerge en el recorrido personal y profesional que lo ha convertido en figura clave del baloncesto dominicano.
Con humildad y convicción, narra cómo descubrió y apoyó el talento de jugadores como Karl Towns, Francisco García, Luis David Montero y Luis Flores, y comparte su visión sobre el futuro del deporte en República Dominicana.
Inicios, motivaciones y retos
Pérez relata sus primeros pasos como buscador de talento deportivo: cómo identificaba habilidades incipientes, cuál era su criterio para apostar por jóvenes promesas, y cómo equilibraba el idealismo con las realidades del entorno. En un país con recursos limitados para el deporte, su labor no fue sencilla: tuvo que sortear obstáculos económicos, falta de infraestructuras y desconfianza institucional.
“Yo veía algo en ellos antes que otros lo vieran”, explica en la entrevista (parafraseado). Esa fe personal lo impulsaba a persistir cuando muchos abandonaban en la primera dificultad.
Asimismo, enfatiza la necesidad de una estructura nacional que potencie el baloncesto: mejor formación, más recursos en categorías juveniles, alianzas con clubes internacionales y asesoría sostenida a los prospectos. Sin ese soporte institucional, muchos talentos nacerán pero se quedarán en el camino.
Mirada al futuro y mensaje para las nuevas generaciones Hacia el final de la entrevista, Pérez se proyecta: ve un futuro brillante para atletas dominicanos si se trabaja con visión, constancia y profesionalismo. Su llamado es claro:
“No basta con tener talento, hay que cuidarlo, formarlo y elevarlo con oportunidades reales.”
A los jóvenes jugadores les aconseja paciencia, trabajo diario, humildad y estar preparados para sacrificios. A quienes promueven el deporte dentro del país, los insta a no escatimar recursos ni esfuerzo: “El talento está ahí, lo que hace falta es creer en él”.
Este diálogo con Pedro Pablo Pérez va más allá de las anécdotas: es un testimonio sobre cómo una sola persona puede incidir en el destino deportivo de un país. Gracias a su visión y acción concreta, República Dominicana tiene nombres emblemáticos que hoy brillan en la NBA.
Pero su obra —él lo reconoce— aún no está terminada; el verdadero desafío es construir el ecosistema que garantice que esos descubrimientos no sean excepciones, sino parte de una norma sostenida.