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El Papa Francisco expresó este sábado su preocupación por las relaciones afectivas del mundo actual, las cuales considera distorsionadas y superficiales. Durante la celebración de las Primeras Vísperas de la Fiesta de la Presentación del Señor en la Basílica de San Pedro, afirmó que las relaciones hoy en día están marcadas por inmadurez y precariedad, impulsadas por el egoísmo y la satisfacción personal.
"Vivimos en un mundo donde 'lo que a mí me gusta' guía las relaciones, buscando más la satisfacción de las propias necesidades que la alegría de un encuentro auténtico", comentó el Papa durante la misa en el Vaticano.
Francisco subrayó que esto se traduce en relaciones superficiales, egocéntricas y hedonistas, con un enfoque en el "compañero o compañera del momento", en lugar de un compromiso a largo plazo. Además, destacó la tendencia a tratar a los hijos como "un derecho" en lugar de acogerlos como un "don".
El Papa también hizo hincapié en la necesidad de transparencia en las relaciones humanas y la importancia de la castidad consagrada como un camino para sanar el mal del aislamiento, promoviendo un amor genuino, libre y respetuoso.
En su homilía, el Pontífice subrayó la importancia de preocuparse por el crecimiento espiritual y afectivo de las personas en las comunidades y alertó sobre el desarrollo de "dobles vidas" entre los individuos más vulnerables. Al final, destacó la "obediencia consagrada" como un antídoto ante el individualismo y una vía para construir relaciones basadas en la escucha y el respeto mutuo.