Nueve personas, entre ellas dos adolescentes, murieron durante un ataque perpetrado por pandilleros la noche del martes en la ciudad de Petite-Rivière, en la región de Artibonite, Haití.
Según Bertide Horace, portavoz de una asociación comunitaria, los atacantes también incendiaron viviendas y secuestraron a un número indeterminado de personas.
El asalto sería una represalia contra los habitantes que apoyaron a las fuerzas públicas en la recuperación de una sede policial.
Este hecho es el último episodio de violencia en un país azotado por la inseguridad y la actividad de las pandillas.
Videos de los cadáveres circularon en redes sociales, en medio de la indignación de los vecinos.
Poderosas bandas en Haití controlan la mayor parte de Puerto Príncipe, la capital, y cometen secuestros, violaciones y ejercen violencia extrema pese al despliegue de una fuerza multinacional liderada por Kenia que trata de dar apoyo a la superada policía local.
Haití, entre la consternación y el repudio tras la matanza de más de 180 personas
Durante el fin de semana, casi 200 personas fueron asesinadas en Puerto Príncipe luego de que el líder de una banda, convencido de que un hechizo vudú enfermó a su hijo, atacó a seguidores de la religión, según la organización Comité para la Paz y el Desarrollo.
Naciones Unidas estimó el número de muertos en 184, de los cuales 127 serían hombres y mujeres de edad avanzada.
Haití ha sufrido décadas de inestabilidad, pero la situación se agravó en febrero cuando las bandas lanzaron ataques coordinados en la capital para derrocar al entonces primer ministro Ariel Henry.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció el miércoles que reanudaría parcialmente sus actividades en Puerto Príncipe, menos de un mes después de suspender sus operaciones por amenazas a su personal.
Los asesinatos recientes elevan el número de muertos este año en Haití a unos 5,000, según Naciones Unidas.