La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que trabaja un proyecto en colaboración con nueve países de las Américas para intensificar las acciones contra la obesidad, una condición que afecta a gran parte de la población en la región, considerada la de mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad en el mundo.
De acuerdo con datos de la OPS, el 67,5% de los adultos y el 37,6% de los niños y adolescentes entre 5 y 19 años en las Américas presentan sobrepeso u obesidad. Esta situación incrementa el riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles, lo que subraya la necesidad de implementar medidas urgentes y efectivas.
El informe indica que el impacto de esta crisis quedó evidenciado en la 75ª Asamblea Mundial de la Salud de 2022, donde los países aprobaron el Plan de Aceleración para Detener la Obesidad, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este plan propone un enfoque integral basado en estrategias regulatorias, fiscales y multisectoriales para frenar el crecimiento de la obesidad.
En esta iniciativa, según se informó, participan nueve países de la región: Argentina, Barbados, Brasil, Chile, México, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago y Uruguay. La experiencia obtenida en estos países servirá de referencia para la futura expansión del Plan en toda la región.
Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud reiteró que el panorama es alarmante: desde 1990, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos ha aumentado un 52%, pasando del 44,4% al 67,5% en 2022. Si esta tendencia continúa, se estima que para 2030 el 73,2% de los adultos en las Américas vivirán con exceso de peso.
“El aumento constante de la obesidad es una señal de alerta para la salud pública, pues está directamente relacionado con enfermedades crónicas como la diabetes, afecciones cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer”, explicó el doctor Anselm Hennis, Director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS. “Es imperativo actuar de manera decidida para reducir estos índices y mejorar la calidad de vida de la población”, agregó.
Para enfrentar este desafío, la OPS y los países participantes informaron que están implementando diversas estrategias alineadas con las recomendaciones del Plan de Aceleración. Entre las medidas destacan el etiquetado frontal de advertencia en productos alimenticios, la regulación de la publicidad de alimentos poco saludables, la promoción de la lactancia materna, el control de los alimentos disponibles en las escuelas y la implementación de políticas fiscales que incentiven una alimentación equilibrada. Asimismo, se busca fomentar la actividad física en espacios públicos y escolares, además de fortalecer la atención primaria en salud.
El monitoreo y la evaluación de las acciones implementadas son aspectos clave de este plan, permitiendo adaptar y mejorar las políticas según los resultados obtenidos. Aunque el avance varía según cada país, se han logrado avances significativos. Argentina, Barbados, Chile, México, Panamá y Uruguay ya han diseñado sus hojas de ruta para combatir la obesidad. Chile, que presenta la tasa más alta de obesidad y sobrepeso en la región (78,8%), ha sido pionero en la presentación de un Plan Nacional de Prevención de la Obesidad en la Niñez y Adolescencia, mientras que México y Panamá están en proceso de finalizar sus estrategias nacionales.
Para reforzar estos esfuerzos, la OPS dijo que brinda asistencia técnica, capacitación y apoyo intersectorial a los países involucrados. Además, estas iniciativas están alineadas con la estrategia “Mejor Atención para las Enfermedades No Transmisibles” de la OPS, cuyo objetivo es garantizar un acceso equitativo a servicios de salud integrales en la atención primaria.