Oposición venezolana se debate entre la esperanza y la decepción tras la investidura de Maduro

Esa realidad es difícil de procesar para millones de venezolanos que, como Pérez, habían imaginado un 10 de enero diferente, con González recibiendo la banda presidencial y Machado dando uno de sus característicos discursos encendidos ante la Asamblea Nacional.

La toma de posesión del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dejó a sus oponentes lidiando con sentimientos encontrados de esperanza y decepción el sábado, preguntándose por qué no se pudo frenar al autodenominado líder socialista a pesar de las pruebas creíbles de que había perdido las elecciones el año pasado.

Algunos describieron su estado de ánimo tras la ceremonia del viernes en el Palacio Legislativo de Caracas como una resaca emocional, mientras que otros dijeron sentirse abandonados.

Muchos expresaron un cauto optimismo y encontraron cierto consuelo en los videos difundidos en las redes sociales por dos líderes de la oposición —la popular exlegisladora María Corina Machado y Edmundo González, el candidato de la oposición en los comicios— que habían prometido derrocar a Maduro.

"Hay un aire de decepción", dijo el profesor universitario Nelson Pérez. "No hay que perder la esperanza (…) Se suponía que hoy era el día… Es más de lo mismo".

Esa realidad es difícil de procesar para millones de venezolanos que, como Pérez, habían imaginado un 10 de enero diferente, con González recibiendo la banda presidencial y Machado dando uno de sus característicos discursos encendidos ante la Asamblea Nacional.

En lugar de eso, González y Machado publicaron mensajes en redes sociales mientras Maduro ponía su mano sobre la Constitución y juraba el cargo, desafiando la abrumadora evidencia que contradecía su afirmación de que ganó las presidenciales de julio.

Maduro se comparó con un David bíblico luchando contra Goliat y acusó a sus oponentes y a sus partidarios en Estados Unidos de intentar convertir su toma de posesión en una "guerra mundial". Además, apuntó que el fracaso de sus enemigos para bloquear su tercer mandato de seis años fue "una gran victoria" para la paz y la soberanía nacional de Venezuela.

El Consejo Nacional Electoral, formado por leales al gobierno, había declarado a Maduro ganador de la votación del 28 de julio. Pero a diferencia de en comicios anteriores, las autoridades electorales no ofrecieron conteos detallados de votos para respaldar el resultado anunciado.

La oposición, sin embargo, recopiló actas del 85% de las máquinas de votación electrónica y las publicó en internet, mostrando que su candidato, González, había ganado por un margen de más de dos a uno. Expertos de Naciones Unidas y del Centro Carter, con sede en Estados Unidos, ambos invitados por el gobierno de Maduro como observadores de la cita electoral, calificaron las actas publicadas por la oposición como legítimas.

Países como Costa Rica, Panamá, Ecuador y República Dominicana calificaron el sábado la toma de posesión de Maduro como un "acto ilegítimo", resultado de "un fraude electoral impuesto a través del terror de estado" hacia los venezolanos, señalaron en un comunicado conjunto.