Un constante flujo de armas ilegales contrabandeadas a Haití está impulsando un aumento de la violencia de pandillas y provocando graves abusos contra los derechos humanos, según un informe de la ONU.
De acuerdo con el informe, más de 4,200 personas murieron y otras 1,356 resultaron heridas entre julio y febrero. Este análisis fue divulgado tras la reciente visita a Haití de William O’Neill, experto del Comisionado de Derechos Humanos de la ONU para el país caribeño.
Si bien gran parte de la violencia es perpetrada por pandillas, muchas de las cuales formaron en 2023 la coalición "Viv Ansanm", también se ha registrado un aumento de asesinatos cometidos por grupos de autodefensa y turbas. En noviembre, al menos 77 presuntos pandilleros fueron ejecutados luego de que hombres armados intentaran atacar una comunidad en la capital, Puerto Príncipe.
El informe también resalta que el número de personas muertas y heridas en enfrentamientos con las autoridades sigue siendo alarmantemente alto. Entre julio y febrero, más de 2,000 personas murieron en operativos policiales, un incremento del 60% respecto a los 1,253 asesinatos registrados entre febrero y julio de 2024.
Si bien el 73% de las víctimas eran presuntos pandilleros, el 27% no tenía vínculos con el crimen organizado y, en muchos casos, fallecieron por balas perdidas mientras se encontraban en la calle o en sus hogares. Según el documento, en algunos operativos la policía disparó desde vehículos blindados en áreas con presencia de civiles.
Además, el informe denuncia la presunta participación de agentes en ejecuciones sumarias de supuestos pandilleros, sus familiares y personas que no pudieron identificarse o justificar su presencia en determinadas zonas.
En los últimos cuatro años, casi 1,000 armas de fuego pertenecientes a la Policía Nacional de Haití han sido desviadas, y fuentes creíbles señalan que algunos oficiales las venden en el mercado negro. También se ha identificado que empresas de seguridad privada proveen armamento ilegal a las pandillas. Se estima que en Haití circulan entre 270,000 y 500,000 armas ilegales.
“El uso de estas armas de fuego ha alimentado un ciclo destructivo de violencia en Haití, que ha dado lugar a graves abusos contra los derechos humanos”, advierte el informe.
La detección y confiscación de armas ilegales enfrenta numerosos obstáculos, entre ellos la falta de fondos, personal y tecnología en los departamentos de aduanas y policía, así como la corrupción y la falta de supervisión.
El informe también menciona que la misión respaldada por la ONU, liderada por la policía de Kenia para combatir a las pandillas, cuenta actualmente con solo el 40% de los 2,500 efectivos previstos.
La violencia ha cobrado la vida de oficiales extranjeros desplegados en Haití. En febrero, el policía keniano Samuel Tompoi Kaetuai fue asesinado en la región de Artibonite. Un segundo agente, identificado por el gobierno haitiano como Benedict Kabiru, fue dado por muerto tras su desaparición en un ataque de pandillas cuando intentaba rescatar a policías haitianos atrapados en una zanja, presuntamente excavada por grupos armados.
Con información de AP