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El obispo de la diócesis de San Juan, Tomás Alejo Concepción, afirmó este lunes que quienes dicen que el país no tiene capacidad de trabajadores en todas las áreas productivas, incluyendo la agricultura y construcción, comenten una falacia y denigran a los dominicanos porque “aquí hay gente que trabaja”.
“El país ha vivido todo el tiempo y no es por los haitianos; esta patria la levantamos nosotros; esos que hablan así es porque tiene intereses propios de hacerse ricos a costa de las injusticias con los haitianos”, manifestó.
Además, el prelado católico advirtió sobre el gran peligro que representa para la República Dominicana la posibilidad de que bandas violentas haitianas logren ingresar a territorio dominicano, lo que generaría un estado de convulsión y desestabilización general.
Indicó que si llegaran a ingresar estos grupos violentos que controlan gran parte del territorio del vecino país, se conmocionaría todo en el área turística, económica y social, asegurando que, “nadie va a venir a invertir aquí”.
De acuerdo a las declaraciones de monseñor Tomás Alejo, los haitianos han destruido su país y, si los dejan pasar, “también destruyen el nuestro; por eso son una amenaza”.
Aclaró que no se trata del haitiano del pueblo, “sino de la cabeza que dirige a Haití, porque los haitianos, como ciudadanos, son buenos, honrados y tienen buena reputación, tienen buena patria, son inteligentes, pero, la cabeza haitiana, desde hace años, más de 60 años, no ha podido superar las dificultades”.
También agregó el obispo que el sistema político no funciona, “porque Haití viene de dos tribus africanas y las tribus se gobiernan por un cacique; por eso, esos pueblos como Haití no funcionan con democracia, funcionan con un líder que baje línea, con una dictadura”.
Regularización
Sobre la regulación de indocumentados planteada por algunos sectores, el obispo de San Juan dijo que es deber de las autoridades de un país regular a todo a quien entra y sale de su territorio, sin embargo, no ve aceptable “la regulación de dejar pasar un millón y dos millones de inmigrantes regularizados”.
Detalló que se debe contemplar la garantía de servicios. “El problema de la salud, de las escuelas, la vivienda, el agua, es todo lo que compone una población pobre que emigra a otro país, es una situación difícil”, indicó Tomás Alejo.