
La comunidad educativa de Sabana Grande de Boyá volvió a ser escenario de pánico y confusión este viernes, tras un nuevo episodio de intoxicación por pesticidas en la escuela Filomena Contreras, ubicada en el distrito municipal de Gonzalo.
De acuerdo con reportes preliminares, ocho estudiantes, tres profesores y una mujer embarazada resultaron afectados luego de inhalar sustancias tóxicas procedentes, presuntamente, de un terreno agrícola cercano al plantel.
Los síntomas comenzaron a presentarse de forma repentina durante la mañana.
“Los niños empezaron a marearse y a decir que no podían respirar bien. Algunos se desmayaron y hubo que suspender las clases de inmediato”, relató una maestra que pidió reserva de su nombre.
Los afectados fueron trasladados de urgencia al Hospital Dr. Pedro Heredia Rojas, donde permanecen bajo observación médica. Según el personal sanitario, la mayoría presentó mareos, náuseas, dolor de cabeza y dificultad respiratoria, síntomas típicos de exposición a plaguicidas.

Lo que más preocupa a la comunidad es que este es el segundo episodio de intoxicación en esa misma escuela durante el año.
En ambos casos, el detonante habría sido el uso indiscriminado de productos químicos en plantaciones aledañas, sin las medidas de seguridad necesarias.
“No es la primera vez que pasa. Ya habíamos advertido a las autoridades que fumigan muy cerca y sin avisar. Parece que nadie quiere asumir responsabilidad”, expresó indignado un padre de familia.
El hecho ha reavivado el debate sobre el control del uso de agroquímicos en zonas pobladas y la ausencia de protocolos de alerta en los centros escolares rurales.
Expertos en salud ambiental recuerdan que los pesticidas de alta toxicidad pueden afectar no solo a niños, sino también a mujeres embarazadas y adultos mayores, provocando daños neurológicos y respiratorios.
La situación se produce apenas un día después de un episodio similar en el Liceo Católico Tecnológico de Barahona (Licate).