
La plataforma Netflix lanzó la quinta temporada de la serie Emily en París, una entrega que introduce cambios significativos en la historia al trasladar gran parte de la trama a Roma, donde la protagonista enfrenta nuevos retos sentimentales y laborales.
A solo un día de su estreno, la producción se posicionó entre los primeros lugares del Top 10 de Netflix, confirmando el alto interés del público por la comedia romántica desde su debut. La temporada está compuesta por 10 episodios, y ya ha generado conversación en redes sociales, donde seguidores especulan sobre una posible sexta temporada.

En esta entrega, Emily Cooper continúa su relación con Marcelo en Roma, mientras intenta adaptarse a un entorno profesional distinto al que conocía en París. El cambio de escenario trae consigo dificultades creativas, pérdida de algunos contratos importantes y cuestionamientos sobre su propio talento, sin que esto detenga por completo su desarrollo.
Paralelamente, Sylvie busca abrirse paso en la élite romana y ampliar su influencia, lo que provoca tensiones con Emily. A esto se suma un nuevo elemento de intriga: Mindy, la mejor amiga de la protagonista, parece ocultar un secreto que podría alterar el rumbo de la historia.
Entre los ejes principales de la temporada destacan:
La quinta temporada mantiene el sello visual característico de la serie, con locaciones en Roma, además de escenas grabadas en Venecia y París, reforzando su identidad cosmopolita. Estos escenarios acompañan el arco narrativo de Emily, que continúa navegando entre culturas mientras intenta consolidar su vida personal y profesional.
El diseño de vestuario también ha llamado la atención en esta nueva etapa. La propuesta incorpora influencias del cine clásico italiano, como La Dolce Vita, y colaboraciones con marcas reconocidas, reflejando el cambio de ciudad y un estilo más audaz y diverso, lo que ha sido valorado por críticos y seguidores de la moda.