Nacen menos niños en RD: cambios sociales transforman la demografía infantil

Entre 2002 y 2022, la proporción de niños y niñas de entre 0 y 5 años descendió del 13.6% al 9.9% de la población total. En cifras absolutas, esto representa una reducción de más de 100 mil menores en ese rango de edad: de 1,164,101 en 2002 a 1,063,369 en 2022. De estos, el 48.7% son niñas (517,886) y el 51.3% niños (545,483).

La cantidad de nacimientos en República Dominicana ha experimentado una caída sostenida en los últimos años, reflejo de profundos cambios sociales, culturales y económicos. Un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en conjunto con la Oficina Nacional de Estadística (ONE), indica que el país está viendo una transformación en su estructura poblacional, impulsada por el acceso a métodos anticonceptivos, la evolución del rol de la mujer y su creciente incorporación al ámbito laboral.

Entre 2002 y 2022, la proporción de niños y niñas de entre 0 y 5 años descendió del 13.6% al 9.9% de la población total. En cifras absolutas, esto representa una reducción de más de 100 mil menores en ese rango de edad: de 1,164,101 en 2002 a 1,063,369 en 2022. De estos, el 48.7% son niñas (517,886) y el 51.3% niños (545,483).

La tendencia también se refleja en los grupos de menor edad. El análisis de la ONE señala una leve pero constante disminución en la proporción de menores de 0 a 2 años entre los censos de 2002 y 2010, lo que evidencia una baja sostenida en la tasa de fecundidad. Esta realidad podría tener implicaciones importantes para la planificación de políticas públicas, especialmente en lo relacionado con la oferta de servicios de salud, educación inicial y cuidado infantil.

Las regiones con mayor concentración de población infantil siguen siendo Ozama o Metropolitana, que abarca Santo Domingo (369,726 niños), seguida por Cibao Norte (147,918) y Valdesia (104,286). Por el contrario, las regiones de Enriquillo (46,734) y Cibao Noroeste (45,501) muestran las cifras más bajas.

El informe enfatiza la necesidad de revisar las políticas sociales desde un enfoque de derechos humanos e interseccionalidad, con el objetivo de responder de forma equitativa a los efectos que estos cambios demográficos pueden tener sobre diferentes grupos de la población infantil.