Un bebé prematuro nació el pasado viernes 13 de junio por cesárea de emergencia, tras permanecer más de tres meses en el útero de una mujer declarada con muerte cerebral, que fue mantenida con soporte vital debido a las leyes antiaborto del estado de Georgia.
Adriana Smith, enfermera de profesión, fue diagnosticada con muerte cerebral en febrero por el Hospital de la Universidad de Emory. Desde entonces, no fue desconectada del soporte de vida debido a que su embarazo superaba las seis semanas y la legislación estatal prohíbe la interrupción del embarazo a partir de la detección de actividad cardíaca fetal.
El recién nacido, de nombre Chance, pesa menos de 1 kilogramo y se encuentra ingresado en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Según declaró la madre de Smith, April Newkirk, el bebé "está luchando" y su estado es delicado pero estable.
La familia informó que este martes se le retiraría el soporte de vida a Smith, quien permanecía internada sin actividad cerebral desde hace más de tres meses.
El caso ha generado debate a nivel nacional por las implicaciones éticas y legales de mantener con vida artificial a una mujer sin actividad cerebral para asegurar el desarrollo fetal. La ley de Georgia, vigente desde 2022 tras la anulación del precedente federal Roe vs. Wade, prohíbe el aborto a partir de la sexta semana de gestación, incluso en casos complejos como este.
Organizaciones y expertos han planteado interrogantes sobre el alcance de estas normativas en situaciones médicas críticas, así como sobre los derechos de decisión de las familias frente a la interpretación estricta de las leyes estatales.