En solo tres semanas, el gobierno de Donald Trump comenzó a desmantelar parte del aparato estatal con el argumento de reducir gastos, una tarea liderada por Elon Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).
Este miércoles, un comité de la Cámara de Representantes celebró su primera audiencia sobre las acciones de DOGE, aunque ni Musk ni su equipo fueron citados, a pesar de la solicitud de los demócratas.
Hasta el momento, DOGE ha encabezado el cierre de agencias como la USAID, dedicada a la cooperación internacional, y la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), que supervisa a Wall Street.
Además, han recortado cerca de 1,000 millones de dólares al eliminar contratos y programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) dentro del gobierno y promueven un plan de despidos masivos en la administración federal. Ahora, su próximo objetivo es el Departamento de Educación, cuyo desmantelamiento requeriría la aprobación del Congreso.
Sin embargo, su ofensiva contra Washington enfrenta obstáculos judiciales, como la reciente prohibición de acceder al sistema de pagos del Departamento del Tesoro, que resguarda información personal de los ciudadanos.
Musk en el centro del poder
La revista Time reflejó su creciente influencia al colocarlo en portada como si fuera el presidente de EE.UU. En respuesta, Trump lo invitó al Despacho Oval para firmar un decreto que reduce la plantilla gubernamental y otorga más poder al DOGE.
El decreto limita la contratación a puestos esenciales y restringe la reposición de vacantes a una por cada cuatro bajas. Tras la firma, Trump cedió la palabra a Musk, quien calificó a la burocracia federal como una "cuarta rama del gobierno no electa". También reconoció que algunas de sus afirmaciones son incorrectas y que DOGE podría cometer errores, pero aseguró que los corregirán con rapidez.
Críticas en el Congreso
Durante la audiencia legislativa, la congresista demócrata Jasmine Crockett cuestionó el papel de Musk y sus declaraciones.
“Ayer estuvo en el Despacho Oval admitiendo que miente y usa su maquinaria de propaganda para hacerlo”, señaló.
Asimismo, también criticó la presencia de magnates tecnológicos como Jeff Bezos y Mark Zuckerberg en la toma de posesión de Trump, argumentando que en su lugar deberían estar auditores para supervisar posibles abusos en la gestión pública.