El expresidente de Uruguay Pepe Mujica pasa sus últimos días de su vida en su finca o "chacra" de Rincón del Cerro, recorriéndola en un tractor, supervisando sus plantas y pidiendo tranquilidad.
Ese lugar en las afueras de Montevideo ha sido visitado por presidentes y estrellas mundiales.
Mujica sabe que está muriendo, lo dijo explícitamente y pretende estar en su predio, el que recorre en tractor dos veces por día, una tarea que continuará haciendo mientras tenga fuerza.
Su aparición de este jueves fue una despedida de los uruguayos y dio a entender que no tendrá más apariciones públicas.
“Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”, expresó, en una última entrevista que brindó entre lágrimas.
Fue en abril que Mujica fue diagnosticado de un tumor de esófago y él mismo se encargó de comunicar la noticia en una conferencia de prensa. Después se sometió a 32 sesiones de radioterapia y fue internado varias veces para distintas intervenciones o controles.
En una de las últimas placas que le realizaron se detectó que su cáncer de esófago había hecho metástasis a nivel del hígado.
Después de conocer la recaída de la enfermedad, las actividades cotidianas de Mujica no han cambiado. Su médica personal, Raquel Pannone, aseguró en una conferencia de prensa que el ex presidente continuará así por un tiempo, pero no pudo proyectar cuán largo será ese período.
“Eso no se los puedo decir por varios motivos. Primero, porque tiene 90 años. Segundo, porque tiene otras enfermedades importantes –como es una vasculitis que lleva mucho tiempo con él y una enfermedad renal severa–. Y tercero, porque la evolución de los procesos no siempre es lineal”, detalló Pannone.
La médica insistió en que se lo deje “tranquilo” a Mujica en esta etapa de la enfermedad porque es preferible que no sienta la “presión constante de tener que responder a requerimientos de entrevistas o de otro tipo”.