El obispo auxiliar Carlos Morel Diplan afirmó que “da pena usar a los enfermos para hacerse más ricos”, al pronunciar la homilía de clausura del Año Jubilar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, donde centró su mensaje en la esperanza frente a las adversidades sociales, nacionales e internacionales.
Durante su reflexión, Morel Diplan sostuvo que existen personas e instancias que dificultan la esperanza y contribuyen a la falta de paz. Citó palabras atribuidas al papa León al señalar que “no hay paz cuando quienes tienen el poder de hacerla no lo hacen”, y advirtió sobre estructuras que se convierten en obstáculos para la convivencia y la justicia.
El obispo subrayó que los enfermos son un signo de esperanza, aunque para algunos sean vistos solo como un gasto, y cuestionó una visión utilitarista del ser humano basada en lo que produce y no en su dignidad. En ese contexto, aludió al caso del Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), denunciando el desvío de recursos destinados a la salud, lo que —dijo— agravó la situación de muchos pacientes y familias.
A pesar del panorama, expresó confianza en que el país pueda contar con un sistema de salud digno y reiteró el llamado a vivir la esperanza desde el ejemplo de Jesús, quien “no pasó indiferente ante el enfermo”. También mencionó el impacto de conflictos como los de Ucrania y Palestina, que dificultan mantener la esperanza en el contexto global.
Morel Diplan recordó que el Papa Francisco exhorta a ser “peregrinos de esperanza”, y lamentó que, pese al paso del tiempo, muchas realidades no hayan mejorado. Destacó a la familia como pilar del desarrollo y afirmó que sin ella no hay progreso ni formación en valores.

Asimismo, llamó a transformar las cárceles en espacios de esperanza, criticó las condiciones de reclusión prolongada y exhortó a la sociedad a “despertar” ante esa realidad. Dedicó un apartado a los jóvenes, a quienes definió como focos de esperanza, y cuestionó a los adultos que fallan en guiarlos, educarlos y abrirles oportunidades.
“Una sociedad que pierde la esperanza es una sociedad muerta”, advirtió el obispo, al invitar a trabajar por una cultura de paz y a convertirse en signos vivos de esperanza para el país.
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